El Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) está en medio de la polémica porque su director interino, José Antonio Romero Tellaeche, destituyó a Catherine Andrews como secretaria Académica por cometer "un acto de rebeldía". La doctora en Historia se defiende: "No incurrí en rebeldía, insistí en el cumplimiento de las normas".
Para la comunidad académica de la institución, el cese se da sin fundamento pues la presunta rebeldía se trató, en realidad, de un llamado al funcionario a acatar la normatividad al suspender de manera unilateral las evaluaciones a profesores de ese Centro Público de Investigación.
La remoción de Catherine Andrews se da en medio de un proceso abierto para la designación del nuevo director del CIDE, luego de la renuncia de Sergio López-Ayllón, en agosto pasado.
Vidal Llerenas y José Antonio Romero Tellaeche, actual director interino, nombrado por la directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, son los postulantes. Ambos presentaron ya sus planes de trabajo y, de acuerdo con el procedimiento, tienen hasta el próximo lunes 29 de noviembre para nombrar al nuevo titular del Centro.
En paralelo, el CIDE estaba por iniciar la evaluación semestral a sus profesores a través de las Comisiones Académicas Dictaminadoras (CADis), las cuales son de máxima relevancia para la comunidad, pues con las evaluaciones se adquieren derechos laborales y académicos, como la permanencia y promociones.
Catherine Andrews envió un comunicado a la comunidad para explicar que hace unos días Romero le manifestó su deseo de suspender los CADis hasta que hubiera un nuevo director. Por ello, tanto ella como la directora de Evaluación Académica, Celine González, tras consultar al abogado del CIDE, Edgar Rojas, le infomaron que no tenía atribuciones para hacerlo, pero existía la opción de que pidiera a las diferentes CADIs que se votara la suspensión.
Sin embargo, el viernes 12 por la noche, Romero mandó un correo a los directores de divisiones y los integrantes permanentes de las CADIs y les anunció su suspensión. Ante ello, ayer por la mañana, Andews y González le enviaron un oficio para explicar, nuevamente, que no tenía facultades para suspender unilateralmente, pero podía ponerlo a votación.
En la narración de hechos, Andrews explicó que Romero no se conectó a la sesión y media hora después de iniciada la reunión, Romero envió un correo.
"(El Dr. Romero) afirmó que las acciones de la Mtra. González y yo constituían 'un acto de rebeldía' y solicitó a los integrantes de la CADI no participar en ello", escribió.
La sesión entró en receso y Andrews recibió un oficio de destitución. "Me queda claro que he sido destituida por insistir que el proceso de evaluación del profesorado investigador y asociado se realice conforme al EPA y al Reglamento de las CADIs", explicó Andrews a sus colegas.
Por la noche, Andrews compartió en su cuenta de Twitter una relatoría de lo ocurrido e insistió en que no fue "rebelde" y que fue removida por "insistir en el cumplimiento de las normas y estatutos que regulan las tareas y obligaciones de la Secretaría Académica". Y lamentó que la evaluación se haya interrumpido, acto que, acotó, es "arbitrario".
Para Medellín, el proceso de director puede seguir, "pero los procesos internos están afectados porque la secretaría académica es parte de los órganos colegiados que revisan la funcionabilidad ordinaria de la institución".
Guillermo Cejudo, profesor-investigador del CIDE, indicó que el cese de la secretaria académica coloca a la institución en un momento "complejo porque es el puesto académico más importante del CIDE" y los CADis deben continuar para garantizar los derechos académicos y laborales del profesorado.
EL UNIVERSAL solicitó entrevista con José Antonio Romero, pero únicamente se limitó a decir que Catherine Andrews fue destituida de la Secretaría Académica, “pero continúa como Profesora Investigadora en la División de Historia. La maestra Celine continúa en su cargo”.
“Esto se da en un contexto de acoso constante a la libertad de investigación, de cátedra y de expresión de las personas académicas. Ahí está la destitución de Alejandro Madrazo como director del CIDE región centro, las solicitudes de orden de aprehensión contra 31 científicos por delincuencia organizada, los recortes a la ciencia y la tecnología y la desaparición de los fideicomisos. Lo que ha quedado demostrado es que esta persona que hoy se ha desempeñado como director interino no tiene ni la capacidad ni la vocación de dirigir una institución académica donde las decisiones no son unilaterales ni jerárquicas, sino colegiadas y producto del diálogo”, indicó Javier Martín Reyes, académico de División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
La destitución de Catherine Andrews no es un asunto menor, pues en el capítulo IV del Estatuto General del CIDE se estipula que para que alguien ocupe el cargo de Secretario Académico, éste debe ser nombrado por el Director General y ratificado por el Consejo Directivo.