No requieren bisturí, los tiempos de convalecencia son mínimos e implican menos riesgos a la salud. Hablamos de los tratamientos estéticos no invasivos. De 2018 a 2024 se dio un aumento de casi el 50% a nivel global, tan solo en los inyectables, según la International Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAPS).
Los tratamientos estéticos inyectables introducen sustancias en la piel o músculos para mejorar su apariencia y textura, reducen arrugas y otros signos del envejecimiento. Ejemplo de ello son la toxina botulínica (bótox), la hidroxiapatita de calcio y el ácido hialurónico.
¿A qué se debe su incremento? Estudios recientes apuntan a algo en lo que participamos más de 5 mil millones de personas, casi el 62.3% de la población mundial (según el Informe de Situación Global Sobre el Mundo Digital 2024). Se trata de las redes sociales.
La “hiperconciencia corporal” que pueden generar las redes
De acuerdo con el estudio “Effects of the COVID-19 Pandemic On Patient Social Media Use and Acceptance of Cosmetic Procedures” de la Universidad de Boston, seguir e interactuar con cuentas de influencers, celebridades, cirugía plástica o dermatología influye significativamente en el deseo de realizarse un procedimiento cosmético.
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La investigación, realizada a través de encuestas a 175 pacientes de una clínica dermatológica, encontró que del total de personas que seguían cuentas que mostraban resultados de procedimientos cosméticos, el 86% había pensado en someterse a alguno de estos después de la pandemia de Covid-19.
No obstante, el estudio puntualiza en que el uso de redes sociales no influye directamente en que los pacientes busquen procedimientos cosméticos, pero pesan en la decisión de quienes ya consideraban realizarse alguno.
“Con el auge de las redes sociales y el bombardeo de información, la gente está más informada y más expuesta a lo que ven”, señala Alejandra Ramos (@dra.aleramos) , dermatóloga mexicana, quien ha visto de primera mano el aumento en la demanda de los tratamientos estéticos ante el consumo de redes sociales.
La clave de la influencia de estas plataformas parece encontrarse en su capacidad para incidir en cómo se autopercibe una persona. La Doctora en Comunicación, Irene Calderón, incluso ha propuesto el concepto “hiperconciencia corporal” para referirse a estos efectos.
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La especialista explica que la tecnología tiene mucho que ver. La cámara del celular facilita la inmediatez de la foto para notar “defectos corporales”. Las miradas del exterior dictaminan y toman acciones en forma de reacciones y comentarios (positivos o negativos) sobre cuerpos ajenos.
Entonces, el exceso de consciencia sobre el cuerpo, lleva a disfrazar las partes que no gustan con un juego de poses, luces, ángulos, edición fotográfica, filtros e incluso inteligencia artificial.
“Las poses para verse más delgadas, los ángulos para verse más altas (...) son ejemplos de hiperconciencia corporal”, indica la especialista, autora de la tesis “El estereotipo de la saludable: La práctica del fitness digital”.
El estudio de la Universidad de Boston se encontró que quienes compartían regularmente fotografías de sí mismos tenían una mayor insatisfacción corporal y eran más críticos con su cuerpo en comparación de quienes no lo hacían. Del mismo modo, las personas que informaron utilizar aplicaciones de edición de fotografías, también obtuvieron puntuaciones de autoestima más bajas.
La psicóloga española Allison Torregrosa (@allisonpsicologia) también observa un aumento de la frecuencia de los pacientes que asisten a tratar su autoestima como consecuencia de lo que ven en redes.
“Cada vez la gente se compara más con la vida de los otros, con las fotos. Muchísima gente utiliza filtros, incluso retocan las fotos en Photoshop (...) se puede comparar y pueden creer que eso es real y que no valen por no tener algún tipo de cara o cuerpo”.
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De la aplicación a la dismorfia
La psicóloga española Andrea García (@andreagarciaparedes), especialista en autoestima, señala la existencia del Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), tipo de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) caracterizado por una preocupación excesiva y persistente por defectos o imperfecciones percibidas en la apariencia física, que suelen ser mínimas o incluso inexistentes.
Las personas con TDC pueden pasar horas al día preocupándose por su aspecto, revisándose en espejos y suelen evitar situaciones sociales por temor a ser juzgadas. El TDC puede llevar a comportamientos como la búsqueda de cirugías estéticas innecesarias, el uso excesivo de maquillaje o ropa para ocultar las supuestas imperfecciones.
Actualmente, con el uso de las redes sociales, ha aparecido un fenómeno que algunos profesionales de la salud llaman “dismorfia de Snapchat”, en el cual los pacientes buscan llevar los filtros de las redes sociales a la realidad a través de tratamientos estéticos.
“Antes la gente estaba expuesta a los medios de comunicación, pero en menor medida, ahora se comparan con la persona o la imagen (o a veces ni siquiera son personas) ahora son imágenes creadas por IA o filtros. Entonces traen una expectativa muy alta de un cambio porque se comparan con algo que ni siquiera es real”, explica la Doctora Ramos.
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La psicóloga Andrea García, considera que más allá de una comparación con las personas del mundo digital, lo que hay es una idealización: “hay comparaciones que nos motivan a mejorar y nos impulsan, con las redes lo que se da es una idealización; lo mejor que vemos o suponemos de otra persona con lo que menos me gusta de mí”.
Los llamados “influencers” de las redes sociales juegan también un papel importante al someterse y promocionar tratamientos estéticos. Sin embargo, la Doctora Calderón hace hincapié sobre que en estas figuras pesa demasiada presión. “Se nos olvida que también son personas y que están bajo la mirada de más gente que nosotros”, asegura.
Los influencers son víctimas de los comentarios que les señalan supuestos defectos, se realizan tratamientos estéticos no invasivos, los promocionan (o no), generan un cambio significativo en su aspecto al que sus seguidores aspiran y el ciclo se repite.
Sin embargo, las redes sociales están lejos de ser lo único que está detrás del aumento de tratamientos estéticos. “También está el abaratamiento de los costos de producción, el turismo médico en Latinoamérica y las intervenciones estéticas clandestinas”, explica en entrevista, Erick Cruz, Maestro en Comunicación y Cultura Digital.
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Dismorfia de Zoom: A una pandemia del retoque
El estudio de la Universidad de Boston halló también un aumento en la llamada “dismorfia de Zoom”, ocasionada por mirar imágenes distorsionadas producidas por cámaras frontales durante períodos prolongados de tiempo. Los datos también indican que un mayor uso de las videollamadas se asocia con una mayor aceptación de la cirugía estética.
“El despunte más alto (de tratamientos estéticos) que me ha tocado vivir, fue justo después de que pasamos los primeros dos o tres meses de encierro de la pandemia”, destacó la Doctora Ramos, quien comenzó su carrera dermatológica desde 2014.
De acuerdo con datos de la ISAPS, a nivel mundial, el bótox es el inyectable más común y de 2018 a 2023 tuvo un aumento de 45.6%. Mientras que la hidroxiapatita de calcio incrementó un 167.07% y el ácido hialurónico un 49.19%
Con respecto a México, en el mismo periodo de tiempo el bótox se incrementó un 28.48%. Mientras que la hidroxiapatita de calcio aumentó un 113.87% y el ácido hialurónico un 44.09% Los datos permiten dar cuenta del aumento de los tratamientos después de la pandemia de Covid-19.
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Lo que debes de tomar en cuenta antes de un tratamiento estético
A pesar de que los tratamientos estéticos no invasivos conllevan un riesgo menor que el de las cirugías, eso no quiere decir que estén exentos de complicaciones, por lo que las especialistas explican que es importante conocer los pros y contras.
Bótox
Pros
- Accesible
- Dura aproximadamente 4 meses
- Reversible
- Quita arrugas y mejora la apariencia del rostro
Contras
- Asimetrías (una ceja más alta que la otra, caída de un lado de la cara, relajamiento diferenciado de los músculos)
- Parpado caído (descenso del párpado superior, llega más abajo de lo que debería)
- Granulomas (tejido de cicatriz)
Los tratamientos son reversibles y en 4 meses o menos pasan sus efectos negativos.
Rellenos (Hidroxiapatita de calcio y ácido hialurónico)
Pros
- Quita arrugas, mejora la apariencia del rostro
- La hidroxiapatita de calcio mejora la producción de colágeno
Contras
- Más costosos
- Irreversibles (se tienen que someter a cirugías extensas o a veces ni siquiera con la cirugía se pueden retirar)
- Si no se coloca en el plano anatómico correcto, por ejemplo en un vaso sanguíneo, se puede perder un fragmento de la piel, porque corta la circulación
- Riesgo de ceguera, embolia cerebral e infecciones
- En algunos casos se pueden desarrollar enfermedades autoinmunes como el síndrome de Asía, si el sistema inmune no reconoce los rellenos, entonces rechaza el producto y las áreas de piel se ponen demasiado calientes, rojas y dolorosas.
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Recomendaciones médicas
- Se tienen que hacer en un consultorio o clínica autorizada donde trabajen médicos (en lugares no autorizados existe la posibilidad de que estén utilizando productos apócrifos/piratas)
- Revisar las credenciales que acrediten como médico a quien realice el procedimiento (por ejemplo, su título y cédula profesional)
- Las inyecciones debe hacerlas siempre un médico (dermatólogo, médico estético o cirujano plástico). En México no está autorizada la aplicación de inyectables por parte de enfermeras o de auxiliares
Hacia la aceptación de un problema público de salud mental
La Doctora Calderón puntualiza que si bien, en las redes hay dinámicas que impactan a la salud mental, también ahí se generan espacios de identificación que pueden ayudar a reconocer la existencia de un problema común para varias personas. “Tomar las redes puede ser un primer paso para acudir a alguna instancia o especialista que pueda ayudar”, asevera.
Por su parte, la psicóloga Torregrosa destaca que los problemas de autoestima, además de ser un constante sentimiento de insatisfacción, e insuficiencia, de no tratarlo, puede impedir el desarrollo normal de la vida cotidiana y desembocar en otras condiciones como depresión, ansiedad y trastornos alimenticios.
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Recomendaciones de especialistas para cuidar la autoestima en la era digital
- Acudir con profesiones que atiendan las necesidades particulares de cada caso (especialistas en TCA o autoestima)
- Procurar el desarrollo personal a través del acompañamiento, recordar las fortalezas, cualidades y logros
- Respecto con las redes sociales, las especialistas indican que hay que tener conciencia y pensamiento crítico al usarlas, siempre tener presente que lo que se sube ahí no es una representación fiable de la realidad.
“Si quiero mejorar algo que sea desde el ‘me quiero y me acepto’ y no un cambio desde la necesidad y el querer parecerse a otra persona”, recomienda la psicóloga Alison Torregrosa.