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Los cigarros electrónicos , desde su creación en 1963, fueron fabricados en la búsqueda de sustituir el consumo de tabaco que, en la actualidad, es la primera causa de enfermedad pulmonar obstructiva crónica ( EPOC ), y uno de los factores prevenibles que desencadenan diferentes tipos de cánceres. Sin embargo, el " vapeo " no resulta una solución efectiva, pues no sólo no sustituye la dependencia a la nicotina, sino que también contiene otras sustancias dañinas y, a diferencia de lo que podríamos pensar, su consumo propiciaría la dependencia al cigarro a largo plazo.
¿Cómo surgió el vapeo?
De acuerdo a su sitio de comercialización de este producto, los cigarros electrónicos -al menos los antecedentes que se tienen de él- datan de la década de 1960, cuando Herbet A. Gilbert patentó de esta tecnología. Sin embargo, no fue hasta el 2003, 40 años más tarde, cuando su venta comenzó, impulsada por Hon Lik, y fue hasta los albores del 2010, en que su demanda se incrementó notablemente.
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¿Qué diferencia al cigarro del vapeador?
Un vapeador, como también se le conocen a los cigarros electrónicos, es un sistema diseñado para simular la práctica de fumar, sin que se inspire el humo, como ocurre con el tabaco. Otra de las diferencias entre uno u otro producto es que este dispositivo móvil está conformado por un "líquido de vapeo", constituido por sustancias como propilenglicol, glicerina, nicotina, atenuadas con la presencia de saborizantes. Este líquido se calienta, gracias a la forma de actuar del dispositivo, lo que produce un aerosol que es despedido por la boca de la o el consumidor. Muchas veces, la compra de este, es recomendado durante terapias "de reemplazo de nicotina".
Las similitudes de ambas prácticas tienen que ver con que, así como hay fumadores activos, que al efectuar esta práctica cerca de quienes no fuman, propician que las otras y los otros inhalen el olor que ellos exhalan, convirtiéndolos en fumadores pasivos.
¿Cuáles son los efectos de vapear?
Pese a lo que se han encargado de fundamentar sus distribuidores, los cigarros electrónicos contiene nicotina, una sustancia caracteriza por producir adicción en quien la consume. De acuerdo a un estudio de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades ( CDC ), el 99% de cigarrillos electrónicos contiene esta sustancia activa.
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La gravedad deriva -de acuerdo a los centros estadounidenses- es que la población que más demanda este producto oscila en la etapa de la pubertad, adolescencia y prematura adultez, y la nicotina impacta en el desarrollo cerebral que termina de evolucionar a los 25 años, aproximadamente. Las áreas del cerebro más afectadas son aquellas que modulan la atención, el aprendizaje, el estado de ánimo y el control de la impulsividad.
La letalidad de esta sustancia, además, es capaz de perturbar el proceso sináptico , que consiste en fortalecer la conexión entre células cerebrales, Durante las etapas tempranas del desarrollo, la sinapsis actúa muy rápido. Cuando una persona joven consume nicotina, esta comienza a ralentizar su proceso.
La nicotina, presente en los vapeadores, se encuentra en el vapor de agua. A su vez, hay otros derivados dañinos como el diacetilo, sustancia química que produce enfermedad pulmonar grave , y metales pesados como níquel, estaño y plomo, que podrían desencadenar diferentes tipos de cánceres.
melc