Ciencia y Salud

Covid-19: secuenciación genómica es la fórmula con la que Chile controló la enfermedad

Estudiar el código genético del coronavirus ayudó a reconocer las variantes que surgieron y su peligrosidad

En las últimas horas, Chile registró 3 mil 465 contagios a diferencia de 2020, año en el que acumularon alrededor de 3 millones 518 mil 721 fallecimientos. Foto: EFE/ Isaac Esquivel, archivo
03/03/2022 |12:50
Redacción
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El estudio del del fue fundamental para situar la evolución de este virus en Perú y monitorear la expansión y desarrollo de sus diferentes , a pesar de que el país no estaba preparado para asumir esas tareas, afirmaron este miércoles, 3 de marzo, los expertos que participaron en la presentación de diferentes proyectos de investigación.

"Sí Perú fue un país con una alta mortalidad tuvo que ver con las dificultades en el ámbito de la vigilancia y seguimiento del virus", declaró el presidente del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica de Perú, (CONCYTEC), Benjamin Marticorena, quien aseguró que el estudio genético del Covid-19 ayuda a identificar nuevas variantes y por tanto es un área "de vital importancia".

La poca producción local de materiales sanitarios y de investigación, y los escasos recursos de los laboratorios del país, tanto privados como públicos, así como los adscritos a universidades al inicio de la pandemia , retrasaron y limitaron los estudios genéticos del SARS-CoV-2 , según los expertos.

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Pablo Tsukayama, doctor en biología en el Laboratorio de Genómica Microbiana en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, explicó que gracias a las secuencias genómicas se pudo pasar de una enfermedad desconocida, a un virus identificado en apenas tres semanas cuando una neumonía apareció en Wuhan, lo que supone un avance a nivel internacional en esta materia muy destacado, ya que hace unos años este proceso habría tardado meses.

El 6 de marzo de 2020 se confirmó en Perú el primer caso de coronavirus y fue gracias al estudio genético, que demostró que el virus llegó a Perú desde Europa y no desde China o Estados Unidos, como se pensó en un primer momento.

"En las secuencias genómicas están los códigos genéticos que son como un manual de instrucciones de este tipo de virus, para invadir, atacar, medir su alcance... La información contenida ahí es sumamente importante", remarcó Tsukayama antes de indicar la importancia de financiar y dotar de recursos materiales y humanos laboratorios y proyectos que estudien esta materia.

Estudiar las mutaciones del SARS-CoV-2 permite ver la aparición de nuevas variantes y sus orígenes, lo que ayuda a controlarlas y tomar medidas de cierre de fronteras de determinados países y aplicar políticas.

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"Durante marzo de 2021 descubrimos que había en Perú una mutación del virus con características propias, que se estaba extendiendo a países como Chile, Argentina, o Estados Unidos y que había que informar a la comunidad internacional", declaró Tsukayama, refiriéndose a la conocida posteriormente como "variante andina" o "lambda”, que fue identificada gracias a este tipo de estudios.

La pandemia ha dejado clara la importancia de seguir financiando proyectos de genómica, ya que durante su desarrollo se vio que eran esenciales para seguir controlando el Covid-19, por lo que varios equipos liderados por Tsukayama transmitieron los protocolos de operaciones y secuenciaciones genómicas a centros de investigación fuera de Lima.

La Universidad Nacional San Agustín (UNSA), de la región sureña de Arequipa, y la Universidad Nacional Toribio Rodríguez De Mendoza (UNTRD), en la selvática Chachapoyas, fueron entrenadas para que casos de SARS-CoV-2 fueran también secuenciados allí y tener una visión más completa de la expansión y evolución del virus en el país y descentralizando así la capacidad de estudio que se concentraba en Lima.

Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Salud (Minsa), en las últimas horas se confirmaron 3 mil 463 contagios y fallecieron otras 28 personas, lo que elevó el total de casos desde hace dos años cuando llegó la enfermedad a 3 millones 518 mil 721 y los decesos a 210 mil 744, lo que convirtió a Perú en el país con la tasa de mortalidad más alta del mundo.

El país andino afronta actualmente un notorio descenso del impacto de la pandemia, al punto que el Minsa anticipó que si la tendencia se mantiene a fines de marzo habrá terminado la tercera ola, causada por la variante ómicron, que generó numerosos casos desde fines de diciembre, pero no incrementó en gran cantidad las hospitalizaciones ni los fallecimientos, en parte también por la alta tasa de vacunación que hay en el país, según los expertos.

melc/jgt

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