Científicos que requieren de observaciones de campo han tenido que pausar estudios como consecuencia de las medidas de confinamiento por el Covid-19 . Tal es el caso de la Iniciativa de Observatorios del Océano , la cual se encarga de limpiar y restaurar costas norteamericanas.
Esta encomienda es liderada por Ed Dever de la Oregon State University en Corvallis , quien es uno de los científicos marginados por la pandemia de coronavirus y que considera que la pausa científica podría poner en peligro los pronósticos del tiempo a corto plazo y amenazar los estudios climáticos en un futuro.
Frank Davis, ecologista de la Universidad de California y director ejecutivo del programa de Investigación Ecológica a Largo Plazo (LTER) , opinó que "la ruptura en el registro científico probablemente no tiene precedentes (…) En algunos sitios, esta podría ser la primera interrupción en más de 40 años, es doloroso para los científicos involucrados".
Los científicos viajan y son parte la tripulación de cruceros que atraviesan los océanos del mundo para la recolección de datos que miden el clima , así como las corrientes y otras propiedades del océano. Los barcos continúan su camino, pero las restricciones de viaje impiden el abordaje de científicos a bordo, detalló un artículo de “Nature”.
Justine Parks
, técnica marina del Instituto de Oceanografía Scripps , explicó que muchas huelgas se han manifestado por fenómenos similares en el pasado, pero esta es la primera vez que un programa se cierra por completo durante un período prolongado de tiempo.
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La importancia de pronosticar el clima sobre los océanos radica en mantener registros a largo plazo de la salud oceánica y el cambio climático , mencionó Emma Heslop, especialista del programa en observaciones oceánicas de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental en París.
Esta comisión se encuentra evaluando el daño que la pandemia causará a la comunidad de observación del océano en general.
“En los últimos dos meses han visto un número cada vez menor de observaciones a bordo, lo que representa, desde principios de febrero, una pérdida del 15 por ciento de las estaciones que informan datos. Y aunque la comunidad está trabajando arduamente para descubrir otras formas de recopilar datos importantes, es probable que la situación empeore a medida que la pandemia se prolongue”, informó Helsop en un artículo de la revista científica.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) los datos meteorológicos proporcionados por aviones de EU han disminuido a la mitad desde 31 de marzo, mismos que son irremplazables, pese a que satélites y globos meteorológicos puedan ayudar a cuantificar estos cálculos.
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"Es cierto que con la pérdida virtual de la aviación mundial, hay una brecha en algunos de los registros", determinó Grahame Madge, portavoz de la Oficina Meteorológica del Reino Unido en Exeter.
La Oficina Meteorológica estima que la pérdida de observaciones de las aeronaves aumentará su error de pronóstico de 1 a 2 por ciento, pero señala que, en áreas donde los vuelos son típicamente más abundantes, la precisión del pronóstico de los científicos podría sufrir aún más.
Los datos de monitoreo atmosférico del mundo, en la actualidad no cuentan con ninguna intervención humana, en cambio, son monitoreados por sistemas autónomos.
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