Una de las formas de contagio más peligrosas del Covid-19 es a través del aire; esto ocurre cuando un individuo infectado transmite el virus al toser o estornudar , ya que expulsa gotitas que se desplazan y quedan suspendidas en el aire en forma de aerosoles . Ahora, un nuevo estudio sugirió que el coronavirus sobrevive, en el aire, por más tiempo, y avanza a una distancia mayor de la que se creía, lo que amplía el riesgo de transmisión.
Un equipo de científicos analizó el tiempo en que las pequeñas partículas o “aerosoles” se mantiene suspendidas en el aire, antes de volverse inofensivas, así como qué tan lejos alcanza a transportarse el virus, pues, hasta la fecha, se estimaba que el virus era incapaz de infectar a dos metros de distancia.
“Hay informes de personas que se infectan con un coronavirus a favor del viento de una persona infectada o en una habitación varios minutos después de que una persona infectada haya salido de esa habitación”, dijo Leonard Pease, el autor correspondiente del estudio.
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De acuerdo con un comunicado, en 1930 la comunidad científica determinó que las gotas respiratorias provocadas por tos o estornudos no logran contagiar a otra persona por dos motivos, el primero, porque al ser gotas pesadas, caen al suelo sin posibilidades de infección, y el segundo porque estas también pueden ser ligeras y pequeñas, logrando que el virus se seque instantáneamente, lo que no ocurre con el mecanismo de infección del nuevo coronavirus.
Dentro de las clasificaciones de los agentes, existen los llamados virus “envueltos” , de los cuales son parte los coronavirus; estos tipos de gérmenes obtienen una cobertura exterior proveniente de la célula infectada, a través de un proceso de gemación, es decir cobija a las partículas contaminadas recién formadas. Precisamente, la envoltura es importante para la sobrevivencia del virus, ya que además la utiliza para infectar a las otras células del cuerpo.
El estudio realizado por expertos del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacifico del Departamento de Energía (PNNL), de Estados Unidos, encontró que la sobrevivencia del Covid-19 en los aerosoles es debido a la capa de mucosidad que cubre a las gotas respiratorias; esta logra que las partículas se mantenga húmedas; por tanto, la evaporación lenta, propiciada por la mucosidad, permite que la carga viral sea infecciosa por más tiempo.
Por otra parte, la mucosidad permite que diferentes tipos de virus viajen a largas distancias y como consecuencia la transmisión sea de una persona a otra.
“La idea de que los viriones envueltos pueden permanecer bien hidratados y, por lo tanto, completamente infecciosos a distancias considerables es consistente con las observaciones del mundo real. Quizás las gotitas respiratorias infecciosas persisten más de lo que nos hemos dado cuenta”, agregó Pease.
El autor del estudio explicó que pese a que la comunidad científica ha propuesto diversos factores y variables que propagan el Covid-19, la mucosidad no ha sido un tema relevante, “se pasa por alto en gran medida”, dijo.
Los investigadores estimaron que las gotas del nuevo coronavirus, encerradas en mucosidad, viajan hasta unos 200 pies, es decir a unos 60.96 metros y permanecen húmedas hasta por 30 minutos. Lo cual revela el alcance del contagio y el tiempo en el que una persona puede ser infectada.
Ante los hallazgos del equipo de PNNL, una de las dudas que surgió fue cómo se dan los viajes virales en espacios cerrados como las oficinas -como ya sabemos- el contagio de Covid-19 a través de los estornudos y tos son el primer paso para que otro individuo se infecte, pero ¿Qué sucede con el alcance de infección del SARS-CoV-2, en espacios cerrados, si de acuerdo con los especialistas, el campo de contagio es de una distancia de aproximadamente 60. 96 metros?
La química Carolyn Burns, se dio a la tarea de responder esta pregunta y creó gotitas artificiales similares a las respiratorias del SARS-CoV-2, para estudiar cómo se movían las partículas de una habitación a otra.
La científica y su equipo utilizaron un aerógrafo para dispersar las gotas artificiales en un cuarto de un edificio de un laboratorio con varias habitaciones, y simularon el ataque de tos de una persona, liberando así las “partículas” durante un minuto en una habitación específica.
Los expertos midieron los niveles de las gotas en dos habitaciones contiguas con ventilación controlada, y encontraron que el aumento de la filtración redujo los niveles de partículas contaminadas en la habitación principal, donde se probó el experimento, sin embargo, las partículas infecciosas se aumentaron en otras habitaciones conectadas, en un periodo de 20 a 45 minutos con los cambios de aire calurosos.
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Después del pico viral inicial, los niveles de las gotas respiratorias disminuyeron gradualmente después de tres horas con ayuda de la filtración y después de cinco horas sin ella.
“Si está en una habitación aguas abajo y no es la fuente del virus, probablemente no esté mejor con más ventilación”, dijo Pease.
Por los resultados del estudio, el equipo concluyó que una mayor ventilación en espacios concurridos sería beneficioso para situaciones como las asambleas escolares, donde únicamente se utiliza un espacio, mientras que en los lugares normales de trabajo o escuela, donde las personas conviven en espacios conectados, el uso de filtración aumentaría las tasas de transmisión del coronavirus en todas las habitaciones.
melc / jgt