“La administración del Conacyt pareciera estar caracterizada y dirigida por la ignorancia, la fantasía, la mentira y la destrucción. Lo que han hecho es desaparecer iniciativas sin hacer la más mínima evaluación. Además, en el Consejo se dedican a atacar personas e instituciones que son independientes de ellos, y les levantan falsos para desacreditarlos, lo cual va en contra de cualquier ética”, señala el físico José Franco, del Instituto de Astronomía de la UNAM.
El científico hace este análisis en el marco de los dos años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y de gestión de María Elena Álvarez-Buylla al frente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Su diagnóstico es compartido por otros investigadores; la crítica se agudiza cuando se centran en la gestión del Consejo para afrontar la pandemia.
Falta de liderazgo por parte de Conacyt , escasos recursos, mínima integración de la comunidad científica, y ventiladores a destiempo, son algunos de los cuestionamientos que hacen los investigadores José Franco, Antonio Lazcano, Julia Tagüeña, Gabriela Dutrénit, Alejandro Canales, Alma Maldonado y Rodrigo Jácome acerca del papel del Consejo frente a la emergencia sanitaria de Covid-19.
En julio, en la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, Álvarez-Buylla presentó los ventiladores del Conacyt.
Antonio Lazcano, biólogo e integrante de El Colegio Nacional:
“No vemos la atención del gobierno y autoridades científicas a las propuestas y críticas de la comunidad científica ante el tema del Covid. En cuanto se hizo evidente el problema que íbamos a enfrentar, prácticamente en todas las instituciones de ciencia del país surgieron grupos de investigadores, de todas las disciplinas, que empezaron a ayudar: modelos epidemiológicos con matemáticos, químicos empezaron a diseñar pruebas más rápidas, hubo propuestas de terapias... Sin embargo, vemos una transparencia muy limitada de los datos para entender cómo está subiendo la pandemia.
También lee: Piden laicidad para el desarrollo de la ciencia en el país
“El Presidente minimiza el problema y los números siguen creciendo, cuando tiene la obligación moral de salir y decirle a la gente que use cubrebocas, que no esté yendo de compras y que mantenga la sana distancia, pero no lo hace.
“Me sorprende que el Presidente no se dé cuenta de que la principal promotora del divorcio entre el Estado y la comunidad científica es la directora del Conacyt”. Las limitaciones vienen desde la actitud autoritaria de la directora del Conacyt, de su empeño en concentrar las decisiones, y por no haber sabido convocar a la comunidad científica para que trabajara de manera coordinada”.
José Franco, físico:
“Conacyt inventó una serie de programas nacionales ( Pronaces ) que son idénticos a las prioridades que se tenían en administraciones anteriores de Conacyt, y ahí hay temas de salud, pero al inicio de la pandemia no hubo reacción porque no les interesaba o no sabían qué hacer. Ante esa situación, instituciones científicas tomaron cartas en el asunto para desarrollar proyectos y acciones solidarias de investigadores en todos los centros universitarios para apoyar a instituciones de salud, como manufactura de cubrebocas. Esa reacción solidaria inmediata jamás fue reconocida por el gobierno federal y mucho menos por Conacyt. Cuando Conacyt decidió hacer una iniciativa, lo hizo de forma mediática: anunciaron unos ventiladores de diseño y manufactura 100% mexicano y que en tal fecha estarían listos, pero llegada la fecha, no estaban listos...
“Las acciones durante la pandemia fueron muy tardías. Con un Conacyt caprichoso, la situación de México cada vez es más endeble y menos adecuada para desarrollar ciencia. El trabajo que han desarrollado lo han hecho sólo con amigos, y esto es lascivo. Sus acciones están enfocadas a destruir un sistema que ha costado muchos años y mucho trabajo. La comunidad sigue molesta, preocupada y con deseos de que las cosas cambien”.
Julia Tagüeña, física:
“En el ‘nuevo Conacyt’, como les gusta nombrarse, es difícil analizar sus acciones porque siempre están rodeadas de opacidad, como es el caso de su propuesta de Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación que no han querido hacer pública. En lo que sí han sido claros y definitivos es en su aversión a la opinión libre y a las organizaciones autónomas.
También lee: Nueva Ley de Ciencia, hacia el control de toda investigación
“En cuanto al tema del Coronavirus han tomado acciones pero no se sabe qué está pasando. ¿Cuántos ventiladores hicieron en total?, ¿de qué tipo?, ¿cuánto costaron?, ¿en qué hospitales están?, ¿cuáles son las nuevas empresas mexicanas anunciadas para construir muchos más?, ¿están salvando vidas? ¡Ojalá, por el bien de México, que sean un éxito, pero no los sabemos!
“Fue una buena propuesta sacar una convocatoria para proyectos sobre Covid-19, pero ¿cómo los van a financiar transanualmente? Al desaparecer los fideicomisos, tendrán que cumplir las reglas del dinero fiscal; administrar un dinero que se recibe en febrero o marzo y del que se tienen que hacer cuentas en octubre-noviembre no permite la visión de largo aliento que la ciencia requiere. Según la página del Conacyt, han apoyado a 20 laboratorios para hacer pruebas de diagnóstico del virus SARS-CoV2. Eso está muy bien. Sin embargo, el portal del Conacyt no es un referente claro sobre el tema del Covid-19, no es un sitio al que se podría recurrir para información actualizada o para entender la importancia científica, ampliamente comprobada, del uso del cubrebocas”.
Alejandro Canales, doctor en Ciencias sociales:
“La pandemia ha sido, sin duda, uno de los grandes retos para todas las sociedades en el mundo y uno de los mejores instrumentos para hacerle frente es el conocimiento científico. Sin embargo, en México, el Conacyt no ha sido la instancia coordinadora de las acciones ni ha encabezado las iniciativas. Un liderazgo en la materia habría sido lo deseable en el análisis del comportamiento de la pandemia, en el diseño de estrategias de contención y en la vigilancia, desarrollo y negociación de las vacunas”.
“El papel público del Conacyt sobre la pandemia se ha limitado en buena medida, a la manufactura de ventiladores. Un trabajo muy importante y nada sencillo, pero, ciertamente, su planeación no correspondió con los tiempos previstos. La otra actividad que desarrolló fue la de los modelos matemáticos del comportamiento de la pandemia, sin embargo, tampoco ha sido el modelo de referencia para analizar, comprender y explicar el fenómeno de la pandemia, menos para actuar en consecuencia. El organismo no tiene una valoración positiva.
También lee: Exige oposición a AMLO nombrar un "zar de vacunación" contra Covid que garantice su aplicación
“A la fecha no existe el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (Peciti), documento que debe plasmar prioridades, estrategias, distribución de presupuesto y acciones de coordinación con las diferentes secretarías de Estado”.
Gabriela Dutrénit, doctora en Economía de la innovación:
“La pandemia tomó a Conacyt en medio de un proceso de cambio de gobierno, en un contexto de muy escasos recursos y de mucha confrontación con la comunidad científica. Esos factores incidieron para que Conacyt no liderara la posición de la comunidad científica, y las actividades y esfuerzos de esa comunidad para atender y dar respuestas a las demandas que surgieron a partir del Covid-19.
“En el Conacyt sí sacaron algunas convocatorias (para atender la pandemia), pero fueron pocas y con muy pocos recursos. Lo que sucedió es que ha habido muchas respuestas desde abajo, es decir, en la comunidad científica se emprendieron algunas acciones en diferentes instituciones, aunque un poco desorganizadas, y eso se debe a la falta de liderazgo que demostró Conacyt.
91 FIDEICOMISOS y fondos de ciencia fueron extinguidos por iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador
“Desconozco si las convocatorias realmente llegaron a toda la comunidad científica; no tengo elementos para decir si hubo discrecionalidad. En general hubo pocos recursos. Cuando se mira hacia América Latina, vemos que todos los Consejos (de ciencia) demoraron un poco en reaccionar, y México no se distanció demasiado en comparación con otros países del continente. No hubo liderazgo para organizar a los grupos de investigación y a las instituciones”.
También lee: OMS pide a México "tomarse muy en serio" la pandemia por coronavirus
Alma Maldonado, investigadora de Cinvestav y profesora de la UNAM:
Ha sido un tratamiento poco científico de la pandemia, en la toma de decisión sobre el cubrebocas o las pruebas, inclusive en la difusión del conocimiento. Una cosa que hemos extrañado en esta pandemia, es ¿cuál ha sido el papel del Conacyt en términos de difusión, de desarrollo de actividades académicas que informen a la población y que dé cuenta de lo que está pasando? Toda la difusión vino por otro lado, por otras instituciones, la UNAM ha jugado un papel muy importante, El Colegio Nacional, incluso el Foro Científico y Tecnológico...
“Vimos a una serie de actores haciendo la labor que debió de haber tomado el Conacyt como una actividad principal de información, de difusión de esa información, de lucha de las noticias falsas; no vimos esa presencia y eso es muy lamentable. Después desarrollaron proyectos de investigación, de apoyo para desarrollos contra el virus pero creo que se quedaron muy cortos, fue tardío, fue poca la ayuda y en muchos casos no se ha recibido; la verdad es que ha sido un respuesta lenta, poco transparente y no en la medida en que se hubiera esperado siendo el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
“Hemos tenido un manejo de la pandemia irresponsable, el tema del cubrebocas se volvió un asunto político cuando debió de ser estrictamente técnico de salud y protección para todos. Y lo peor es que estamos en una situación que se presume mucho más crítica, y parece que no va haber respuestas oficiales, otra vez, claras y contundentes con lo que se viene con la pandemia”.
Rodrigo Jácome, doctor en Ciencias:
“El Conacyt tendría que ser la punta de lanza de la ciencia en México y un elemento de integración para la comunidad científica del país, y creo que en ese sentido se ha quedado muy corto; tendría que ser un órgano plural y democrático en el que cupieran todas las voces y las visiones de la ciencia mexicana; lamentablemente, a lo largo de estos dos años hemos visto decisiones arbitrarias donde aquellos que no comulgan con la ideología oficial o disienten son atacados y difamados.
“Durante la pandemia siento que el Conacyt ha estado ausente de los esfuerzos por combatir al coronavirus, no ha habido grandes esfuerzos por apoyar proyectos multidisciplinarios, con excepción de los dos ventiladores que produjo el mismo Conacyt (sobra decir que ya sabemos las controversias que surgieron en ese episodio, plazos que no se cumplieron, competencia que fue eliminada, etc..). La pandemia nos ha mostrado que la ciencia es una herramienta muy valiosa para comprender los problemas actuales y llegar a obtener respuestas y soluciones, y es desalentador que el Conacyt no haya apoyado al gremio cuando se anunció la desaparición de los fideicomisos, la reducción del presupuesto a la Ciencia el año siguiente, la falta de recursos destinados específicamente al combate de la pandemia, incluyendo para la adquisición y la logística para la vacunación contra SARS-CoV-2. Me parece lamentable que se hayan cancelado los apoyos del SNI a los investigadores de las instituciones privadas, y es más lamentable que lo hayan hecho en medio de esta crisis, es discriminatorio e insensible. En un país limitado como el nuestro, necesitamos fomentar y diversificar la investigación, y creo que al retirar esos apoyos lo único que estamos logrando es desincentivar a que haya más y más investigadores que quieran ayudar al país. ¿Cómo vamos a hacer para que los jóvenes escojan a la Ciencia como opción de vida cuando el órgano que debería defendernos se ha convertido en uno de sus agresores?”