“Pensaba que yo había caído de la Luna o de algún lugar semejante. Me preguntó entre risas si aún no había regresado a ella”, se lee en un fragmento de uno de los cuentos de, uno de los autores japoneses más celebrados de la literatura contemporánea. En sus historias hay constantes referencias al astro, pero más allá de las referencias poéticas, la Luna suma realidades para convertirse en el símbolo de los esfuerzos científicos de Japón.

Este país se convirtió en el quinto en realizar un alunizaje. Tocó la superficie del astro cuatro meses después de despegar del , frente a la costa sur de Japón.

Lo peculiar de su reciente llegada a la superficie lunar es que utiliza una tecnología de precisión que le permitió llegar más cerca a su objetivo que cualquier misión anterior.

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Los datos de telemetría mostraron que el (SLIM) alunizó la semana pasada en su área objetivo cerca del cráter Shioli, un pequeño cráter de 270 metros de diámetro que se encuentra, a su vez, dentro del cráter Cyrillus. La nave logró identificar los cráteres lunares y determinar su posición en tiempo real para alunizar en su objetivo: una ladera en una zona complicada por la inclinación que tiene la Luna al sur de su ecuador.

Su objetivo principal era aterrizar en la Luna con una precisión sin precedentes de 100 metros, lo que supone una gran diferencia con respecto a distancias anteriores de otras sondas que han alunizado con decenas de kilómetros de sus objetivos.