“Lo importante es que el sexo no haya sido únicamente una cuestión de sensación y placer, sino que haya llegado a ser algo esencial; que en suma, se haya constituido como una apuesta en el juego de la verdad”, escribía el filósofo, historiador y sociólogo francés Michael Foucault en su libro La voluntad del saber. El sexo, y los múltiples conceptos en torno a él, forman parte del glosario que integra la palabra y que abarca aspectos como: identidad de género, erotismo, placer, reproducción, intimidad, pensamientos, valores, creencias, deseos, actitudes, roles y prácticas. La integración de tantos conceptos en torno al ser humano, también es una forma de evaluar su bienestar integral.

La Organización Mundial de la Salud () define la salud sexual como “un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad”. El 4 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual con la finalidad de crear conciencia sobre la promoción de los derechos sexuales, la diversidad sexual, la salud sexual y reproductiva de una manera placentera, sin discriminación o riesgos.

Para Virginia Barragán Pérez, académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, los retos en nuestro país se dividen en dos esferas: educación sexual y salud sexual reproductiva. La educación desde las etapas más básicas, señala la experta, debe no solo hablar de conceptos básicos o focalizarse en la anatomía del cuerpo, sino hablar de manera integral de temas como placer sexual, consentimiento, respeto y diversidad como algo inherente al ser humano, así como el subrayar su importancia e influencia para vivir una vida sana y segura.

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