La doctora Abigail Uribe Martínez, investigadora posdoctoral por México, , Coordinadora del Sistema de Monitoreo de Hidrocarburos en el Sur del Golfo de México del Proyecto Pesca y Petróleo que conjuga el trabajo de 40 científicos pertenecientes a distintas instituciones del país como El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), la Universidad Autónoma del Carmen y la UNAM, entre otros, señala que algunas de la herramientas a las que en la actualidad todos tenemos acceso y con las que estamos ya bien familiarizados, son precisamente las imágenes satelitales. En el monitoreo de los mares estas imágenes satelitales requieren cierto tratamiento, así como un nivel de conocimiento y experiencia, para poder ser traducidas puntualmente y ayudar a descubrir y ampliar información sobre aquellos eventos potencialmente dañinos.

Fuente: Elaboración propia
Fuente: Elaboración propia

“Básicamente lo que hacemos en el sistema de monitoreo de derrames que hemos echado a andar desde hace tres años, pero que desde hace un año quedo materializado, es utilizar imágenes satelitales de mucha calidad y libre acceso provenientes de EU y Europa. Buscamos este material todos los días enfocados principalmente en la zona de Campeche. No porque no haya problemas de este tipo en otros lados, sino porque allí es donde podríamos tener los problemas más graves. Les hacemos un tratamiento a las imágenes para poder resaltar posibles evidencias de derrames, de presencia de hidrocarburos”.

Explica que no solo se detecta petróleo, sino gasolina y otros aceites. Muchas veces los hidrocarburos no son de derrames, sino de emanaciones naturales, las llamadas chapopoteras. Los expertos hacen una distinción entre un derrame proveniente de una emanación natural y un accidente generado por humanos. Distintos cuestionamientos van llevando a los científicos a distinguir un evento potencialmente peligroso.

El movimiento de las masas de agua bajo las distintas capas oceánicas se aprecia desde el espacio con toda su magnificencia. Las imágenes satelitales ofrecen un detallado rompecabezas de lo que sucede con las dinámicas de los mares sobre la Tierra. Las corrientes marinas se acoplan al viento y los nutrientes que transportan, brindando al agua distintas texturas y tonalidades, y donde un ojo experto también puede identificar los cambios de densidades y patrones de oleaje que cargan manchas de hidrocarburos. La mesa está dispuesta, la ciencia tiene la última palabra para, literalmente, revelar los secretos más oscuros de los océanos.

Monitoreo, el ojo vigilante