Los tardígrados, también llamados osos de agua, son criaturas de menos de un milímetro de largo que pueden sobrevivir cuando son sometidas sometidas a temperaturas de hasta 150 °C y congeladas a casi cero absoluto.
Y ahora es bastante probable que esté habitando la Luna.
Estas especiales criaturas viajaban en una sonda espacial israelí que se accidentó en la Luna el pasado mes de abril.
El cofundador de la organización que los puso allí cree que es muy probable que sigan vivos.
Los osos de agua habían sido deshidratados para colocarlos en animación suspendida, una técnica por la que se introduce en el organismo una solución salina fría que reduce la temperatura y hace que se consuman menos recursos.
Después se introdujeron en un ámbar artificial.
"Creemos que las posibilidades de supervivencia para los tardígrados... son extremadamente altas", dijo Nova Spivack, jefe de la Fundación Arch Mission.
La Fundación Arch Mission confeccionó en forma de DVD un archivo de más de 30 millones de páginas con la historia de la humanidad visible a vista de microscopio y con muestras de ADN humano.
Es como una especie de plan B en caso de que algún evento inesperado acabe con la vida en nuestro planeta.
La "biblioteca lunar", como se conoce a este archivo, iba a bordo del robot israelí Beresheet que se estrelló en abril. En él había tardígrados deshidratados, algunos en ámbar y otros pegados a una cinta adhesiva.
La mayoría de las criaturas no son capaces de sobrevivir un proceso de deshidratación, la vida sin agua es casi imposible. Pero los tardígrados no son nada dentro de lo común.
Los osos de agua, que tienen también el entrañable apodo de lechones de musgo, pueden volver a la vida décadas después de haber sido deshidratados.
Los científicos han descubierto que los tardígrados tienen lo que parece casi un superpoder.
Cuando se secan, retraen la cabeza y sus ocho patas, se arrugan formando una pequeña bola y entran en un profundo estado de animación suspendida que se parece mucho a la muerte.
Expulsan casi toda el agua de su cuerpo y su metabolismo se ralentiza al 0.01% de la tasa normal.
Lo positivo es que, si se vuelven a meter en agua, aún décadas después, pueden volver a la vida.
Todas estas propiedades, sumadas a que en 2007 se convirtieron en los primeros animales en sobrevivir en el espacio, los convirtió en los candidatos perfectos para formar parte de la biblioteca lunar de la Fundación Arch Mission.
"Los tardígrados son ideales porque son microscópicos, multicelulares y una de las formas de vida más duraderas en el planeta Tierra", aseguró Nova.
Pero pese a que es probable que los pequeños lechones de musgo hayan sobrevivido al accidente lunar, es muy poco probable que puedan volver a la vida sin ser reintroducidos en agua.
Teóricamente, podrían ser rescatados y traídos de nuevo a la Tierra para que vuelvan a la vida y estudiar qué efectos les ha podido causar estar en territorio lunar, pero hasta entonces, ahora sabes que allá lejos, en la Luna, puede haber miles de lechones de musgo (deshidratados).
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