Antepasados humanos distantes --pequeñas criaturas peludas que corrieron alrededor de los pies de los dinosaurios hace 66 millones de años -- eran en su mayoría comedores de insectos.
Es el resultado de un análisis de los genomas de 107 especies diferentes de mamíferos realizado por científicos de la Universidad de California , Berkeley.
Los científicos dedujeron esto porque los genes para las enzimas de los ancestros siguen están presentes en casi todos los genomas de mamíferos en la actualidad.
Incluso animales como tigres y focas, que nunca tocarían un insecto, tienen piezas no funcionales de estos genes en sus cromosomas, traicionando la dieta de sus ancestros antiguos.
Según dice el becario postdoctoral Christopher Emerling , cualquier animal, en general, tiene restos en sus genomas de una época en que los mamíferos eran pequeños, probablemente insectívoros y que vivían cuando los dinosaurios todavía vagaban por la Tierra.
"Es una firma en tu genoma lo que dice que hace mucho tiempo no eras el grupo dominante de organismos en la Tierra. Al observar nuestros genomas, miramos este pasado ancestral y un estilo de vida con el que ni siquiera vivimos ya", añade.
La evidencia genética corrobora independientemente las conclusiones a las que llegaron los paleontólogos años atrás en función de las formas de los fósiles y los dientes de los primeros mamíferos. "En esencia, estamos mirando los genomas y están contando la misma historia que los fósiles: que creemos que estos animales eran insectívoros y luego los dinosaurios se extinguieron. Después de la desaparición de estos grandes reptiles carnívoros y herbívoros, los mamíferos comenzaron a cambiar sus dietas", dice este experto.
El hallazgo podría arrojar luz sobre otras funciones desempeñadas por estas enzimas, llamadas quitinasas, que se encuentran no solo en el intestino sino también en las glándulas salivales, el páncreas y los pulmones, donde pueden estar involucradas en el asma.
Emerling y sus colegas Michael Nachman, profesor de Biología Integrativa y director del Museo de Zoología de Vertebrados de la Universidad de Berkeley, en Estados Unidos, y Frédéric Delsuc, del Centro Nacional Francés de Investigación Científica (CNRS) y la Universidad de Montpellier en Francia, informan sobre sus hallazgos en la edición digital de este miércoles en la revista Science Advances . Emerling es actualmente investigador postdoctoral en Montpellier que trabaja en el proyecto ConvergeAnt.
nrv