Saber cómo viajan y dónde están los principales hábitats de los animales marinos es esencial para su protección.

Ahora, un estudio internacional ha registrado los patrones de movimiento de más de 2.500 animales en los océanos, lo que ayudará a diseñar mejores políticas de conservación.

La investigación, publicada hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), se enmarca en el Programa Analítico de Movimiento de Megafauna Marina (MMMAP), una iniciativa formada por científicos de todo el mundo que estudian los océanos para comprender cómo es el hábitat marino, cómo lo usan los animales y qué interacciones tienen con el ser humano.

El trabajo publicado hoy es uno de los primeros resultados de este grupo, liderado por Ana Sequeira, del Instituto de Océanos de la Universidad de Australia Occidental; Carlos Duarte, de la Universidad King Abdullah University of Science and Technology, y Michelle Thumsk, del Instituto Australiano de Ciencias Marinas.

El estudio se ha hecho con los datos proporcionados por "más de 2.000 individuos de unas setenta especies de todo tipo: elefantes marinos, osos polares, tortugas, pingüinos, aves marinas, focas...todos ellos equipados con transmisores de alta precisión que, al emerger a la superficie, transmiten la información al satélite Argos", explicó Carlos Duarte en declaraciones a Efe.

El estudio se realizó con datos históricos compartidos por los científicos, aunque la mayoría se han recogido en la última década, precisó el oceanógrafo español.

A partir de estos datos, los investigadores analizaron dos propiedades básicas del movimiento de los animales: la velocidad a la que se mueven y los patrones de movimiento.

La primera conclusión del estudio es que los animales marinos se mueven a una velocidad similar, con lo que las tortugas, por ejemplo, son igual de rápidas que las ballenas de una tonelada.

Es todo lo contrario de lo que ocurre en la superficie terrestre, donde la velocidad de los animales está determinada por factores como su tamaño y su historial evolutivo , básicamente.

"En el mar no vemos estas diferencias. Todos los animales avanzan a una velocidad de crucero muy similar. Da igual si tienen aletas o patas. Pingüinos, ballenas, focas y tortugas, se trasladan a una velocidad muy parecida porque el coste del movimiento es mucho menor que en la tierra", destacó Duarte.

Respecto a la frecuencia de movimientos, el estudio determina que para desplazarse por el océano abierto, todos los animales se mueven en línea recta y que, en las zonas costeras, donde se alimentan, reproducen e interactúan con depredadores, los movimientos son mucho más complejos y erráticos. "Esto también es universal para los animales marinos", puntualizó.

El estudio arroja luz sobre cuestiones relacionadas con el uso que hacen los animales marinos del océano y desmiente algunas creencias establecidas como que unos animales migran y se desplazan y otros, considerados 'residentes' de zonas concretas, se mueven dentro de "su territorio" cuando la mayoría es capaz de combinar estos dos comportamientos.

La investigación constata que todos los animales marinos presentan ambos patrones: se desplazan en línea recta y tienen movimientos complejos en su hábitat.

"Comprender los generadores de movimiento animal es crucial para ayudar a mitigar los impactos adversos de las actividades antropogénicas en la megafauna marina", advirtió la investigadora Ana Sequeira.

Determinar que las migraciones animales en el océano abierto son una línea recta "nos permitirá identificar dónde están las grandes 'autopistas migratorias' de los animales en el océano y cuáles pueden ser los lugares de posible colisión entre los movimientos animales y el transporte humano o las actividades industriales como plataformas petrolíferas, por ejemplo", explicó Duarte.

A su vez, conocer los patrones de movimiento en las zonas costeras permitirá definir cuál es el 'home range', es decir, el área del territorio que explotan los animales y que es importante delimitar para coordinar la conservación de las especies.

"Si un animal está protegido por la ley española pero se mueve también por Marruecos o Senegal, su protección dependerá de que haya acuerdos de conservación internacionales porque los animales no entienden las barreras administrativas impuestas por el hombre y que son, además, puramente arbitrarias", concluyó.

jpe

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