Desde 2011 , no se había dado un fenómeno de este tipo.
Desde el último trimestre del año pasado, un inusual agujero apareció en la capa de ozono del Ártico a una altura de 18 kilómetros, según informó esta semana el Servicio de Vigilancia Atmosférica del Sistema europeo Copérnico (CAMS).
Este tipo de eventos es habitual en la región antártica durante la primavera austral, pero en el polo norte no son tan comunes.
La vigilancia de la capa de ozono es importante porque actúa como una especie de “escudo protector” de la vida en la Tierra contra los rayos ultravioletas.
Por qué ocurre
La aparición de un agujero en la capa de ozono del Ártico es algo inusual.
Allí, las masas de tierra y sistemas montañosos cercanos afectan a los patrones climáticos de manera que las temperaturas en la estratosfera en invierno no caen tanto como en la región antártica.
Sin embargo, “las columnas de ozono de extensas zonas del Ártico han alcanzado valores bajos récord este año y la capa de ozono sobre el Ártico se ha agotado severamente a una altura de unos 18 kilómetros”.
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Desde la primavera de 2011 no se observaba un agotamiento de la capa de ozono de esta magnitud sobre el Ártico.
Y los científicos del CAMS indican que el de 2020 será aún mayor.
El agujero de la capa de ozono antártica lo causan químicos tratados por humanos como el cloro y el bromo que se depositan en la estratosfera.
Luego, se acumulan dentro del vórtice polar que se genera cada invierno y permanecen “inactivos en la oscuridad”.
El vórtice polar es un área extensa de baja presión y aire frío que rodea los polos de la Tierra. Este se debilita en verano e intensifica en invierno, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
“Las temperaturas del vórtice pueden bajar de los -78 °C y formarse nubes estratosféricas, que juegan un papel importante en la reacción con los químicos fabricados por humanos que agotan la capa de ozono cuando regresa la luz solar”, explica el estudio del CAMS.
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Aunque este agotamiento se ha dado en los últimos 35 años, el agujero formado en 2019 ha sido uno de los más pequeños que se han observado.
Con respecto al agujero del Ártico este año, los científicos explican que las bajas temperaturas durante varios meses han propiciado la formación de las nubes estratosféricas en el hemisferio norte y esto ha producido largas pérdidas de ozono.
“Este nivel de agotamiento del ozono se debe con gran probabilidad a un vórtice polar más fuerte y persistente en este invierno, de unos 10 días más de lo habitual”, le explica a BBC Mundo Oscar Dimdore-Miles, del Laboratorio Clarendon de Física Atmosférica de la Universidad de Oxford en Reino Unido.
Sin embargo, desde CAMS aseguran que el vórtice polar del Ártico se ha mantenido “excepcionalmente fuerte y duradero”.
“Nuestras predicciones sugieren que las temperaturas han comenzado a bajar en el vórtice polar”, dice Vincent-Henri Peuch, director del CAMS.
“Esto significa que el agotamiento del ozono se ralentizará y detendrá, cuando el viento polar se mezcle con el aire rico en ozono de las bajas latitudes”, añadió el científico.
En eso también coincide Dimdore-Miles: “Cuando el vórtice polar se fractura, lo cual sucede cada año sobre este mes, el nivel de ozono suele recuperarse durante el resto del año”.
“Continuaremos vigilando el agujero del ozono del Ártico en las próximas semanas. Es muy importante mantener los esfuerzos internacionales de monitoreo de los agujeros anuales del ozono y la capa de ozono”, concluyó Vicent-Henri Peuch.
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