Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young, los tres científicos estadounidenses galardonados hoy con el Nobel de Medicina, están unidos por algo más que tres vidas dedicadas al estudio del "reloj biológico" (ritmo circadiano), son amigos que han recibido conjuntamente media docena de premios y que su objeto de estudio ha sido la humilde mosca de la fruta.
Las revelaciones de sus estudios han llevado a una mejor comprensión de la adaptación de plantas y animales al ritmo circadiano, una de las funciones vitales primordiales en los seres vivos multicelulares : regula el sueño, los comportamientos alimenticios, la presión arterial y la temperatura corporal.
Jefrey C.Hall
nació en Nueva York en 1945 y creció en un suburbio de Washington. Es el hijo de un periodista parlamentario, el cual -según el laureado- le enseñó a leer cosas distintas a la sección deportiva de los diarios.
Hall empezó sus estudios universitarios en el Amherst College y luego los prosiguió en la Universidad de Washington , en la que se doctoró en genética en 1971.
Como profesor, Hall trabajo en la Universidad Brandeis de Waltham a partir 1974, y en los dos últimos años antes de su jubilación, en la Universidad de Maine.
El nuevo Nobel de Medicina también ha destacado como historiador aficionado, con trabajos sobre la guerra de secesión de Estados Unidos, tema sobre el que incluso dictó cursos en la universidad.
Michael Rosbash
, por su parte, nacido en Kansas City en 1944, trabaja en la Universidad Brandeis de Waltham, donde está al frente del laboratorio que lleva su nombre y que se centra en el estudio de los genes y los mecanismos tras el ritmo circadiano .
Estudió química en el Instituto de Tecnología de California y se doctoró en Biofísica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Este profesor de biología e investigador del Instituto Howard Hughes, comenzó a estudiar la influencia de los genes en el comportamiento y el ritmo circadiano al llegar a la Universidad Brandeis en 1974 como profesor auxiliar.
Fue Hall, colega de ese centro, quien le contagió la pasión por el 'reloj biológico' y, como reconoce Rosbash en su biografía colgada en la página web de su universidad, fue esa "amistad personal" la "fuerza motora detrás del inicio de este trabajo".
El otro pilar de su carrera ha sido el estudio del metabolismo y el procesamiento del ácido ribonucleico (ARN), con lo que empezó como estudiante en el MIT a mediados de los 70.
Rosbash es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos , de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia y de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias.
Por último está Michael W. Young , quien ha dedicado más de tres décadas al estudio de los patrones del sueño y vigilia que están controlados genéticamente en la mosca de la fruta ('Drosophila melanogaster').
Nació en 1949 en Miami y se trasladó años después a Texas, donde acudió al instituto y empezó a interesarse por la biología.
Young se licenció en ciencias biológicas en 1971, cuatro años más tarde obtuvo su doctorado en genética por la Universidad de Texas. Luego, y por dos años, realizó un postdoctorado en la escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, según su perfil en la Universidad de Rockefeller.
Desde entonces este miembro de la Academia Nacional de las Ciencias de EE.UU. ha sido profesor e investigador en la Universidad Rockefeller y del Instituto Médico Howard Hughes.
La trayectoria de estos tres científicos ya había sido reconocida de forma conjunta, y en la última década han recibido varios de los galardones más prestigiosos de su ámbito de estudios.
Los tres compartieron el premio de Neurociencia de la Fundación Peter y Patricia Gruber (2009), el Louisa Gross Horwitz (2011), el Canada Gairdner (2012), el Massry (2012), el Shaw en Ciencias de la Vida y Medicina (2013) y el Wiley en Ciencias Biomédicas (2013).
jpe