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Para la comunidad científica, el que sólo se le dediquen cinco renglones a este sector en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) es un duro golpe. “Nos duele mucho a los investigadores que el Estado mexicano no aproveche el conocimiento científico para detonar el desarrollo de nuestro país”, afirma Julieta Fierro, divulgadora y astrónoma de la UNAM.
De las 228 páginas que consta el PND, sólo en un breve párrafo se refiere al sector de ciencia y tecnología. “Desgraciadamente, con esto queda claro que la ciencia no es una prioridad para el Presidente”, añade la astrónoma.
En agosto de 2018, Andrés Manuel López Obrador, ya como presidente electo, se reunió con el sector de ciencia y tecnología donde se comprometió apoyar a este comunidad. En esa ocasión, el rector de la UNAM, Enrique Graue, le entregó el documento “Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación”, que contiene propuestas relativas a normatividad y financiamiento que permitirían articular mejor este sistema y consolidar las bases para ampliarlo y fortalecerlo. “Ninguna de las propuestas las tomó en cuenta. Poner distancia entre el Estado y la ciencia es muy triste, debido a que las nuevas herramientas tecnológicas podrían ayudar al desarrollo del país”, señala Fierro.
“Me he tratado de explicar (por qué el desinterés de López Obrador a la ciencia), me imaginó que no tuvo buenos maestros ni de física ni de química en la escuela y por eso no se enamoró de la ciencia y no pudo entender su gran utilidad”, dice.
El PND indica que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) coordinará un Plan Nacional de Innovación “con la participación de universidades, pueblos, científicos y empresas”, se lee el documento. Sin embargo, la directora de Conacyt, María Elena Álvarez Buylla, ha tachado, en repetidas ocasiones, a las empresas y su partición con el sector científico como corruptas. Aunque hasta la fecha no ha podido presentar pruebas.
“Para el Plan de Innovación podemos esperar muy poco porque la doctora María Elena Álvarez-Buylla no está a favor de la innovación. No ha tenido la disposición de sentarse a platicar con los científicos ni con los empresarios para tratar de desarrollar un proyecto”, puntualiza Julieta Fierro.