Los nidos
son la fortaleza que protege a las aves durante su primera etapa de vida; por lo general un ave pasa entre 15 y 20 días en su nido mientras aprende a volar, a alimentarse por sí sola o mientras crece su plumaje.
La función de estas viviendas es brindar la protección y cabida necesaria a las crías en su periodo de vida más vulnerable, señaló María del Coro Arizmendi Arriaga, secretaria Técnica de la Secretaría de Desarrollo Institucional de la UNAM y especialista en ecología de aves.
La doctora explica que hacer nidos es una característica común en las aves, pero la forma de su construcción y materiales varía según la especie, pues algunas construyen unos muy simples, mientras que otras elaboran estructuras complejas .
“Hay especies como el caso del colibrí en las que únicamente la hembra hace los nidos y alimenta a las crías; en otras como los gavilanes y águilas ambos padres construyen esta estructura y alimentan a los pollos. También hay aves en las que solamente el macho construye el nido.”
Su construcción
Las aves construyen sus nidos aprovechando los elementos de su entorno natural y de acuerdo a sus necesidades. Por lo general los elaboran con restos orgánicos , como hojas o ramas secas para la parte exterior y con tejidos suaves, como pelo de mamíferos o plumas para la parte interior.
Por lo regular, los nidos poseen protección impermeable o son colocados entre las ramas de los árboles para evitar el peligro que significan las lluvias.
Si bien las aves construyen este refugio por mantenerse a salvo de sus depredadores naturales como serpientes, iguanas, ardillas o ratas, los humanos también llegan a afectarlos.
Respetar los nidos
Es importante tomar conciencia de la importancia de estas estructuras y sobre todo educar a los niños para que respeten los nidos y no les hagan daño, enseñándoles que no deben tocarlos o intentar sacar a las crías, pues esto podría perjudicar su supervivencia, alertó la doctora Arizmendi.
Destacó que cuando las aves están en el nido son más fáciles de capturar por quienes sienten fascinación por ellas, sin embargo, apartarlas de esta fortaleza las vuelve vulnerables, pues necesitan en gran medida los cuidados de su madre.
Lo más recomendable es dejar que las aves vivan en su entorno natural y se desarrollen de manera óptima. Recomendó a quienes gustan de estos animales, verlos desde lejos y si es posible, a través de binoculares para evitar perturbarlas.
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM