Su historia cobra vida tres años antes de que Charles Darwin publicara El Origen de las especies. Fue en el otoño de 1856 cuando fueron descubiertos algunos de sus restos en el valle de Neander (nombrado así en honor al compositor y teólogo Joachim Neander) en Alemania, cerca de Düsseldorf. El especímen sería identificado como Neandertal 1, aunque un par de décadas antes de este hallazgo ya habían sido recolectados otros fósiles cerca de Bélgica y Gibraltar que después serían vinculados con esta misma especie. Finalmente, la denominación Homo neanderthalensis fue propuesta en 1864 por el geólogo británico William King.
Esta especie extinta del género Homo que habitó Europa, Oriente Medio y Asia Central hace aproximadamente 230 mil años (y desapareció hace 40 mil) fue considerado durante más de un siglo como un ser sin grandes atributos y pocas aportaciones en la historia del hombre contemporáneo, sin embargo en los última década las investigaciones en torno a su vida y obra subieron el volumen hasta lograr toda una colección de importantes hallazgos científicos que no solo desmontan la teoría de su brutalidad como la característica mas definitoria de su especie, sino que hablan de las aportaciones de sus genes a la conformación de los humanos que habitan el planeta en la actualidad.
¿Qué heredamos realmente de ellos?
En este sentido, uno de los grandes proyectos científicos de este siglo tiene precisamente que ver con la secuenciación del genoma completo del neandertal por parte del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, una de las principales fuentes de información sobre esta especie. Este proyecto iniciado en 2006 finalmente logró concretarse en el 2013. El estudio del genoma neandertal aportó nuevas pistas sobre la historia y devenir del hombre.
La imagen física del neandertal también se transformó, pues hoy se sabe que incluso podían ser pelirrojos,pues poseían ciertas variantes del gen MC1R asociadas con este color de cabello; pero más allá de cómo lucían, su ADN brindo otra característica fundamental: se encontró una variante del gen del habla FoxP2, que sugiere que los neandertales tendrían facultades básicas del lenguaje que antes se consideraban inexistentes.
La exploración de estas facultades que denotan mayor capacidad cognitiva, sentaron las bases también para el reconocimiento de una estructura social muy similar a la que tenían las modernas sociedades de cazadores recolectores del Homo sapiens. En un estudio llevado al cabo por un equipo de investigadores del Centro de Paleoecología Humana y Origen Evolutivo (PALAEO) y del departamento de Arqueología de la Universidad de York presentado en la revista Oxford Journal of Archaeology se ofrece una perspectiva muy diferente sobre su comportamiento en grupo. Los neandertales mostraron estar unidos por lazos emocionales y poseer capacidades tales como la solidaridad, dado que cuidaron tanto de los más jóvenes como de individuos débiles o enfermos que de otro modo no habrían logrado sobrevivir.
Por el reducido tamaño de sus grupos, que se piensa eran conformados por un máximo de 20 individuos, se considera que los neandertales sentían poca predilección por fraternizar con otras comunidades, sin embargo llegaron a híbridarse con el Homo sapiens y el homínido de Denisova, lo que resultó en una herencia del 2 al 4% de sus genes en el humano contemporáneo de ascendencia euroasiática. Hace dos años, la secuenciación de su genoma también fue utilizada para un ambicioso estudio que combinó muestras biológicas de 28 mil personas, con sus correspondientes historiales clínicos, y datos genómicos sobre fragmentos de ADN de origen neandertal. Los resultados mostraron varias cosas sobre su herencia, como la presencia de ciertos alelos o formas génicas de origen neandertal asociadas a fenotipos neurológicos, psiquiátricos, inmunológicos y dermatológicos que prevalecen en los humanos en la actualidad.
Los investigadores del estudio publicado en la revista Science sugerían que la mayor parte de los genes neandertales podrían haber ventajas adaptativas milenarias que los ayudaron conforme se desplazaban a los ambientes no africanos en los que existían otros patógenos y diferentes exposiciones climáticas, sobre todo relacionadas con el viento y los diferentes grados de exposición solar.
Sin embargo, estos cambios que para ellos garantizaban en cierta forma su supervivencia en la actualidad podrían significar incluso enfermedades de difícil control. Tal es el caso de una variante genética que vuelve más veloz la coagulación de la sangre, una herramienta de supervivencia que les permitía sanar con mayor velocidad las heridas; sin embargo no tan útil en la actualidad, pues una mayor densidad sanguínea puede aumentar el riesgo paraa la formación de coágulos e infartos. Este estudio también mostraba en la herencia neandertal cierto riesgo a desarrollar queratosis actínica, condición de la piel caracterizada por la presencia de lesiones resultado del envejecimiento y la exposición prolongada a la radiación solar.
Otros de los resultados de las investigaciones de las variantes neandertales también tienen que ver con afecciones psiquiátricas como la depresión y la adicción al tabaco. Otros estudios también han identificado genes ancestrales relacionados con la activación de la respuesta inmune. Especialistas de la Universidad de Oxford han lanzado hipótesis sobre cómo un entorno lleno de patógenos favoreció una respuesta inmune muy activa, que sin embargo hoy se traduce en huellas de enfermedades autoinmunes de complicado manejo en la actualidad, como la enfermedad de Crohn o la psoriasis.
Alimentando cuerpo y alma
Decía el antropólogo francés Lévi-Strauss en su texto clásico El pensamiento salvaje que no existen civilizaciones primitivas ni más evolucionadas, sólo existen respuestas diferentes a problemas fundamentales y el estudio de los neandertales en la actualidad muestra a través de estas respuestas una sociedad neandertal que no sólo ejerce fascinación en los científicos, sino en la población en general. Muestra de esto es la gran audiencia que recibe actualmente la exposición sobre este grupo en el Museo del Hombre en París, así como las ventas de textos de reciente publicación como Neandertal de A a Z (M. Patou-Mathis Ediciones Allary) y Neandertal, mi hermano (Silvana Condemi, Ed. Flammarion). este último considerado uno de los libros sobre arqueología editados en Europa más importantes de los últimos años.
La más reciente fascinación: hasta ahora el arte rupestre había sido sólo atribuido a humanos modernos, pero nuevas técnicas de datación han concluido que en tres cuevas españolas se encuentran trazos de animales y formas geométricas que corresponden a los neandertales. Su pensamiento simbólico abre otra puerta sobre los alcances de su herencia.