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El estudio de dos pulsares, ubicados a 800 años luz de la Tierra y de unos 100 millones de años, con el Observatorio de Rayos Gamma HAWC (High Altitude Water Cherenkov) ha ofrecido luz a uno de los principales enigmas en el estudio de partículas y sus contrapartes, las antipartículas que llegan a nuestro planeta.
En conferencia de prensa realizada hoy en el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Magdalena González Sánchez, responsable del Laboratorio Nacional HAWC de Rayos Gamma, explicó que desde hace tiempo se encontró que una gran cantidad de positrones (antipartícula del electrón) que llegan a la Tierra se había sugerido que los pulsares o estrellas de neutrones podrían ser una de sus principales fuentes.
Desde hace tiempo, añadió la especialista, ha estudiado a los pulsares y con instrumentos como HAWC, se comienza a revisar sus emisiones en altas energías , pero, según los análisis realizados desde el volcán Sierra Negra, en Puebla, revelaron que éstas estrellas no serían las principales responsables de la llegada de positrones a nuestro planeta.
Por otra parte, se sabe que los positrones se producen en el Cosmos gracias a la interacción entre los rayos cósmicos (núcleos atómicos) y gas interestelar cerca de nuestro Sistema Solar. Su problema es que pierden su energía muy rápido y para estudiarlo es necesario que la fuente esté relativamente cerca de nosotros.
En este caso, los pulsares emiten electrones y positrones, que al chocar con el medio circundante da origen a los rayos gamma de alta energía que detecta HAWC.
Específicamente, los científicos mexicanos revisaron los pulsares Geminga y Monogem, a 800 años luz de nosotros en la constelación de Géminis, y recientemente descubrieron en la supernova del Cangrejo uno nuevo que ha sido llamado HAWC J0543+0233, el cual se encuentra un poco más lejos.
“Los rayos gamma que estudiamos corresponden directamente con los emitidos por estos pulsares. Éstos, en específico, la maravilla que tienen es que están suficientemente cerca de nosotros para tener un impacto en esta área de la ciencia.
“El problema con el positrón es que pierde su energía muy rápido, para que llegue a la Tierra tiene que haberse originado cerca y eso hace a estos pulsares tan relevantes. Otros que están más lejos aunque emiten positrones no llegan al planeta”, aclaró la investigadora de la UNAM, institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico .
Pero el análisis de los datos reveló que el número de positrones que llegan a la Tierra de estos objetos es demasiado pequeño para explicar el exceso observado, por lo que surgen nuevas teorías sobre cuál puede ser el origen de estas partículas.
“Lo interesante es que otra de las teorías que explicaban el exceso de estas partículas es la materia oscura, esa materia que forma el 27 por ciento del Universo y que desconocemos. Seguimos buscando qué partículas la forman y sus propiedades, por lo que una se cree que la interacción de las partículas (electrón) y las antipartículas (positrón) producen rayo gamma”, aclaró González Sánchez.
Otra teoría sugiere que cerca de la Tierra podría existir otro objeto o astro que produjera rayos gamma a partir de la aniquilación de materia oscura, pero en este momento no se sabe si esta puede ser la explicación.
Estos hallazgos son presentados por el equipo de especialistas en un artículo publicado en la revista Science .
jpe