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Algunas plantas acuáticas se han perdido por factores como la contaminación, el saqueo o la reducción de los cuerpos de agua, por este motivo investigadores del Jardín Botánico de la UNAM emplean distintas técnicas de propagación para conservar las especies.
En condiciones naturales, las plantas acuáticas tardan cierto periodo para que pueda lograrse la germinación. Por ejemplo, si se liberan las semillas en una época de verano, muchas de las plantas van a permanecer en el fondo de los lagos y van a esperar un periodo favorable, que puede ser la próxima primavera o el próximo inicio de lluvias, para germinar, establecerse y producir hojas nuevas.
Es un proceso que en ciclos naturales puede ser lento y estar regulado por diferentes factores ambientales , como la luz o la temperatura.
“Ellas no van a salir a la superficie de los lagos si es una época difícil, por las condiciones ambientales. Aquí en el invernadero podemos acelerar algunos de estos procesos o recortarlos para producir plántulas en un corto tiempo”, explicó la maestra Nayeli González, responsable de la Colección Nacional de Plantas Acuáticas .
Propagación por semilla
La técnica con la que trabajan los biólogos de la UNAM consiste en utilizar el efecto de un polinizador para reproducir la semilla. Se apoyan de un pincel para extraer el polen de la planta y posteriormente lo colocan en otra.
Dos o tres días después de la polinización en las flores, la planta se cierra, se retrae el pedicelo (es decir, la parte que une a las hojas con la base), se enrosca, se hunde y empieza a formarse el fruto.
El fruto forma semillas y una vez que revienta éstas se hunden. La maestra González explicó que en el Invernadero de Propagación en cada planta se colocan redes de captura para evitar que las semillas se pierdan y las menos viables flotan.
Las semillas extraídas del fruto se sacan, se cuentan y se realizan pruebas de germinación y, posteriormente, el trasplante. Asimismo, parte de las semillas que se colectan de los frutos se almacenan en diferentes contenedores.
Las semillas se siembran de diferente manera, una de ellas es la directa. Es decir, se colocan en diferentes tipos de sustrato, previamente humedecido. Con esto se simula las condiciones naturales cuando el fruto cae directamente al fango.
Luego se colocan en charolas y en un contenedor de agua. Se monitorea cuál es su avance y después de un tiempo los investigadores supervisan cuáles semillas han producido plántulas.
Las plantas desarrollarán la parte aérea que son sus hojas, pero también un sistema de raíces que le va a permitir anclarse al sedimento y obtener algunos minerales.
Cabe destacar que mediante estas técnicas de propagación no todas las semillas que se recolectan son viables, no todas germinan y sobreviven, por lo que la labor de los investigadores del Jardín Botánico es vigilar la supervivencia de estas.
La maestra Nayeli González precisó que la ventaja de este tipo de propagación sexual a partir de semillas, es que hay una mayor variabilidad genética .
Las plantas reproducidas mediante esta técnica forman parte de la Colección Nacional de Plantas Acuáticas, la cual alberga 33 especies pertenecientes a 17 familias, alrededor de 95% de ellas son mexicanas.
La conservación de especies es uno de los retos que enfrenta México. Tu opinión es muy importante para atender este y otros desafíos. Te invitamos a sumarte al ejercicio de participación ciudadana: www.agendaiberoamericana.org
***Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM