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Mario prefirió no asistir a su primer día de clases y mejor ver el eclipse con su abuelo. Para el niño de ocho años de edad es el primer evento de esta naturaleza que disfruta a conciencia, mientras que para su abuelo, de 70 años, quizá, dice, sea el último, pues el próximo eclipse total de Sol será hasta 2024.
En punto de las 10 horas, abuelo y nieto se instalaron en la explanada de la delegación Benito Juárez. La fascinación por la astronomía la heredó Mario de su abuelo, quien le enseñó todo lo que sabe. Los dos instalaron su telescopio y una “ampliación” que permitió que el fenómeno natural se apreciará sin la necesidad de pegar el ojo en el aparato.
Gracias a esto, Mario fue la sensación en la explanada delegacional, pues todos observaron el eclipse en su telescopio. Junto con él se tomaban fotos e, incluso, daba explicaciones de cómo iba el proceso. Su abuelo, a la distancia, lo observaba y también disfrutaba del espectáculo, consciente de que posiblemente, por su edad, no vea otra cosa similar aquí.
“Para mí, este eclipse es algo especial. Quizá sea el último que pueda disfrutar y qué mejor que hacerlo con mi primer nieto, es algo único y que ahora con toda esta tecnología podemos ver paso a paso. En todos mis años, sin duda, este eclipse debe ser el más grabado, fotografiado y hasta el más visto.
“De verdad que mi nieto y los jóvenes de ahora son muy afortunados en vivir en esta generación. Recuerdo que el primer eclipse lo vimos ya hasta después en las noticias y conforme fue creciendo, pues había que buscar lugares especiales, pero ahora desde tu casa o en tu oficina lo puedes observar”, comenta don Humberto, quien, dice, no cree a llegar a 2024 en las mismas condiciones de salud que tiene ahora.
Mario, en cambio, ya tiene proyectado el siguiente evento. Para el próximo, asegura el pequeño, tendría un telescopio conectado a una computadora o a una pantalla para que así todos los asistentes puedan seguir a detalle el proceso.
Lamenta también que para esa fecha su abuelo ya no estará, “mi abuelo me dice que disfrutemos al máximo este evento, porque puede ser el último que veamos juntos”.
El niño asegura que su abuelo le “enseñó todo, este telescopio es suyo y ya me lo dejó. Juntos lo colocamos y con la ampliación que le pusimos, mira, se ve todo mejor, es algo fascinante que nunca había visto, ya para el próximo tendré más experiencia y si no está mi abuelo, lo veré con mi mamá entonces”.
A la explanada delegacional acudieron un total de mil 500 personas en un lapso de una hora con 40 minutos que duró el eclipse.
Aquí solo se apreció en 24%, no fue total, no se oscureció, sin embargo, el espectáculo lo apreciaron niños, adultos, parejas y familias enteras que ahora tendrán que esperar años para el siguiente evento de este tipo.