Ceres
, el cuerpo de mayor tamaño del cinturón de asteroides , ha mostrado ser uno de los planetas más intrigantes y reveladores de todo el sistema solar.
Este pequeño gigante ha sido estudiado con gran detalle por la misión Dawn de la Nasa , que encontró evidencia de moléculas orgánicas en la superficie, gracias a observaciones hechas por el instrumento VIR (espectrómetro de mapeo en visible e infrarrojo).
Las moléculas orgánicas
son los bloques fundamentales que conforman todas las formas de vida que conocemos en la Tierra y están hechas principalmente de átomos de carbono , hidrógeno y oxígeno. Sin embargo, las moléculas orgánicas también pueden formarse a partir de reacciones que no involucren ningún proceso biológico . Tal vez el ejemplo más claro sean las fuentes de origen no biológicas asociadas a las ventilas hidrotermales, en donde la interacción del agua del mar con la roca de la corteza oceánica produce estas complejas moléculas.
Estos compuestos orgánicos han sido encontrados en algunos meteoritos rocosos , así como en varios asteroides estudiados desde observatorios en tierra. Los análisis de los datos recolectados por el VIR soportan la idea de que el material orgánico encontrado en la superficie de Ceres es autóctono, es decir, que no fue aportado por otra fuente distinta al mismo Ceres, lo cual incrementa la posibilidad de que el material orgánico fuese procesado bajo similares condiciones a las halladas en ambientes cálidos y con abundante agua.
El material descubierto le otorga a Ceres ciertos atributos asociados con ingredientes y condiciones particulares para la presencia de vida, que pudo haber existido allí en el pasado. Estudios previos han evidenciado que minerales hidratados, carbonatos, hielo y minerales de arcilla en la superficie debieron haber sido alterados por la presencia de agua líquida.
De igual manera, las sales y carbonatos de sodio , descubiertos previamente en las zonas brillantes dentro del cráter Occator, están asociadas a procesos que implican la existencia de agua líquida subterránea, la cual trajo a la superficie dichas sales y carbonatos.
El área donde se encontró dicho material se extiende por casi 1.000 kilómetros cuadrados y está ubicada en el borde del cráter Ernutet. Otros lugares donde se encontró material orgánico son el cráter Inamahari (localizado a 400 kilómetros de Ernutet) y en material de eyección, producto del impacto de asteroides más pequeños contra la superficie de Ceres.
El descubrimiento hecho por el equipo de Dawn de la Nasa hace que la lista de cuerpos donde se ha encontrado moléculas orgánicas sea más larga, ampliando así el espectro de sitios para futuras exploraciones de lugares con potencial para la búsqueda de vida pasada o actual fuera de nuestro planeta.