En México se tienen registradas más de 300 especies de quelites. Algunas de ellas son la verdolaga, el epazote, el huauzontle, la flor de calabaza , la flor de yuca y el pápalo quelite , entre otros.
Estas plantas que han sido parte de la tradición gastronómica de los mexicanos, también son capaces de prevenir algunas enfermedades, de acuerdo con estudios recientes.
Los quelites son plantas de temporal, ya que crecen cuando llueve y sólo algunas especies se cultivan. Dentro de sus propiedades se destaca que son fuente importante de minerales y microminerales, vitaminas, fibra (insoluble y soluble). Además, contienen sustancias importantes para la microbiota y la salud humana.
En la UNAM llevaron a cabo el proyecto Rescate de especies subvaloradas tradicionales de la dieta mexicana y su contribución para el mejoramiento de la nutrición en México, encabezado por la doctora Amanda Gálvez, de la Facultad de Química.
En él realizaron distintos análisis a tres especies de quelites (chaya, chepil y alache), así como a los platillos regionales que los incluyen. Uno de estos estudios evaluó su capacidad antioxidante.
Resultados del análisis
Los antioxidantes son moléculas
que tienen la capacidad de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas. Es durante este proceso de oxidación que un compuesto cede electrones y se forman radicales libres que dañan las células.
Entre otras cosas, los antioxidantes evitan daños en proteínas, lípidos o ácidos nucleicos, previenen el envejecimiento prematuro, las enfermedades coronarias, inflamatorias, la carcinogénesis, la mutagénesis, la diabetes, la neurodegeneración y el asma.
Hoy se sabe que muchas plantas son una fuente importante de antioxidantes. La doctora Carolina Peña, de la Facultad de Química de la UNAM, analizó la presencia de estas moléculas en tres especies de quelites: la chaya, el chepil y el alache.
La investigadora estudió la capacidad antioxidante de los quelites en estado fresco y una vez que son cocinados. Los resultados resaltan que los tres tipos de quelites analizados en estado fresco son una fuente importante de antioxidantes y cuando se cocinan o mezclan con otros alimentos, aumenta esa capacidad antioxidante.
Por lo tanto, concluyó la doctora Peña, el consumo de estas plantas puede contribuir a la prevención de enfermedades crónico-degenerativas .
***Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM