Un nuevo estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Arizona, hizo un descubrimiento que podría cambiar por completo la situación de pacientes de la enfermedad de Parkinson , ya que desentrañaron que los cambios en la voz son una alerta temprana que indica que una persona padecerá este trastorno, característico por dificultar el movimiento y la coordinación.
En México, 50 de cada 100 mil habitantes puede padecerla, pues ocupa el tercer lugar dentro de las enfermedades neurológicas más frecuentes.
La Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) indica que la enfermedad de Parkinson (EP) es una alteración neurológica caracterizada por la pérdida prematura de algunas células del cerebro especializada, clave para el buen funcionamiento del sistema motor humano. Por ello, quien la padece experimenta temblores, rigidez, disminución de movilidad y una postura inestable.
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Estos síntomas se presentan cuando la enfermedad se encuentra en una etapa muy avanzada. Pero hay un indicador que aparece mucho antes que las dificultades en el movimiento, se trata de los cambios en la voz. Este hallazgo demostró que el 90% de los pacientes manifestó deficiencias vocales antes que la patogénesis les fuera diagnosticada.
Pero, ¿en qué consisten estas alteraciones en la voz? El estudio -publicado en "PLOS ONE"- explica que, entre las personas analizadas durante la investigación, los cambios en la voz más frecuentes fueron volumen reducido, tono monótono y voz ronca. La velocidad del habla también se redujo, así como la duración de los enunciados de la persona que enuncia.
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De acuerdo con las y los autores del estudio, la enfermedad es originada por una mutación en el gen alfa-sinucleína (αsyn), que es proteína neuronal ubicada en las terminaciones nerviosas y representa el 1% de las células de nuestro cerebro. Es, además, responsable de las transfiguraciones de la producción vocal en las personas con Parkinson.
Para los descubridores, este hallazgo es de gran valía, pues no sólo ayuda a comprender de forma más completa la enfermedad, sino que permitirá diagnosticarla de forma oportuna, pues si bien. El Parkinson no tiene cura, los tratamientos que reducen los síntomas lo logran notablemente y administrarlos con anticipación cambiaría el curso de las y los pacientes que la padecen.
melc