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Los avances de la ciencia no dejan de sorprendernos, nos referimos a la publicación de un video en el que puede apreciarse como un glóbulo blanco persigue a una bacteria hasta que consigue envolverla, uno de los procesos que llevan a cabo los leucocitos, como también se les llama a estos glóbulos, con el propósito de proteger al cuerpo humano de contraer una infección.
El farmacéutico español Gorka Orive compartió una publicación en su Twitter que no se ve todos los días; se trataba de un video tomado de un microscopio, en el que un glóbulo blanco; uno de los elementos del sistema inmune humano, se mueve detrás de una bacteria hasta que logra atraparla y encapsularla.
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Al poco rato de que el científico vasco hiciera esta publicación, retomada de una investigación del ingeniero computacional David Rogers, la imagen se hizo viral, pues –si bien- a lo largo de los estudios de educación básica se ha explicado que el sistema inmune se encarga de combatir las posibles enfermedades que podemos contraer, nunca habíamos tenido a nuestro alcance una imagen gráfica de este proceso biológico.
De acuerdo con la Clínica de Cleveland, los glóbulos blancos o leucocitos viajan a través del torrente sanguíneo y los tejidos, en búsqueda de localizar la parte del cuerpo que ha sido afectada por una infección. Cuando la rastrea, ese grupo de glóbulos viaja en búsqueda de otros glóbulos, proporcionándoles la ubicación del problema para que estos se encarguen de combatir a la enfermedad.
Cuando el nuevo grupo de leucocitos llega a la parte donde se ubica la infección, produce proteínas de anticuerpos para, a través de ellas, destruir a las bacterias que están produciendo la enfermedad, que es más o menos lo que ocurre en el video compartido por Orive.
Aunque los glóbulos blancos son denominados por un cierto tipo de pigmentación (color blanco), en realidad, lucen con un color morado o rosa pálido, los cuales son visibles únicamente con la ayuda de un potenciador visual como un microscopio, de otra manera son imperceptibles para el ojo humano, por su diminuto tamaño, equivalente de ocho a 20 micrometros, este tipo de medida es proporcional a la millonésima parte de un metro.
Los glóbulos blancos, además, se originan en la medula ósea, dentro del tejido blando de los huesos. Estos leucocitos –o linfocitos- adoptan dos tipos de nombres, dependiendo de la zona en que se producen; “células T” a los que crecen en la glándula del timo, y “células B” a los que nacen en los ganglios linfáticos y el bazo.
Y aunque, en realidad, contamos con más glóbulos rojos que glóbulos blancos en nuestra sangre, pues estos últimos sólo representan el 2% de la composición sanguínea, al día una persona produce hasta 100 mil millos de glóbulos blancos, los cuales –de acuerdo con la Clínica de Cleveland- pueden conservarse, en la mayor de sus producciones, a través de una buena higiene que evite la aparición de infecciones y la ingesta que vitaminas que fortalezcan al sistema inmune.
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