Para muchos amantes de la vida submarina era uno de los mejores lugares para bucear en el planeta, aunque también era una de las imágenes más icónicas de las islas Galápagos.
El conocido Arco de Darwin, un atractivo puente de piedra natural que se erigía a menos de un kilómetro de la isla Darwin, ubicada en la parte más al norte del archipiélago, se derrumbó.
El Ministerio de Ambiente y Agua de Ecuador atribuyó el desplome al efecto de la erosión natural sobre esta estructura.
Según informó el diario El Comercio, el derrumbe de la estructura de piedra ocurrió en la mañana del lunes y pudo ser apreciada por los tripulantes de un barco que se encontraba en la zona.
El suceso no causó víctimas.
Bautizado en honor al naturalista británico Charles Darwin, la estructura contenía un doble atractivo para los turistas que visitaban el archipiélago de las Galápagos, ubicado a 900 kilómetros de la costa continental de Ecuador y considerado por la Unesco como Patrimonio Mundial por albergar especies vegetales y animales únicas.
Conformado por 234 islas, rocas y ensenadas, en cuatro de las cuales residen unas 30 mil personas, el archipiélago atrae a turistas procedentes de todo el mundo que acuden para apreciar su biodiversidad única, que sirvió de inspiración para la teoría de la evolución de Darwin.
En el caso del Arco de Darwin, además de la belleza natural de su paisaje, tenía el atractivo adicional de su rica vida submarina, que lo convierten en un sitio especial para la observación de tiburones y otras especies.
No en vano, el lugar aparece mencionado de forma consistente en las distintas listas sobre los mejores lugares del mundo para practicar submarinismo.
Ese, afortunadamente, es un atractivo que no se ha perdido con el derrumbe del Arco de Darwin.
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