La recién nombrada titular de la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación para el periodo 2024-2030, Rosaura Ruiz Gutiérrez, habla, en entrevista con EL UNIVERSAL, sobre algunos de sus planes para la nueva secretaría, entre ellos, cómo impulsará el proyecto ECOs a nivel federal. Los ECOs es una red conformada por universidades, institutos de salud y los centros Conahcyt para retroalimentar a las autoridades y atender temas prioritarios, un modelo implementado en la capital, cuando Claudia Sheinbaum fue jefa de gobierno y Ruiz fue titular de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI). “Es una forma de trabajo distinta: la aplicación del conocimiento en toda la problemática del país”, dice.
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Usted ha dicho que los temas prioritarios se consultarán con expertos, ¿cómo funcionará?
La idea es hacer un trabajo similar al que se hizo en la Ciudad de México. Una gran ventaja que tiene la nueva presidenta es que experimentó una serie de formas de trabajo en la ciudad. Además de las universidades, que ella creó, me está encargando la red ECOs, que fue creada en 2019, cuando recién entramos.
Una forma de trabajo natural fue la colaboración con las instituciones que llevan la investigación tanto humanística como tecnológica, científica y de innovación: la UNAM, el Politécnico, la UAM, institutos de Salud, El Colegio de México, los centros del Conahcyt... Todos ellos formaron parte de ECOs. Esto se debe continuar a nivel nacional. Simplemente se trata de reconocer el trabajo que se está haciendo, incorporando ahora a todas las universidades, no sólo públicas, sino privadas que ya están en ECOs.
Es muy notorio que esa es una forma de trabajo de la doctora Sheinbaum. Con Nutrición estuvimos viendo la problemática de la diabetes y el sobrepeso. Hicimos la red de Salud y, al poco tiempo, empezamos a prepararnos para la pandemia. Esa forma de trabajo influyó para que Claudia determinara que se iba a reunir con los principales científicos en materia de Salud. Esa forma de trabajo se va a mantener. Como científica, Claudia Sheinbaum quiso entender de qué se trataba la enfermedad; se sabía poco, pero el conocimiento fue avanzando. Mario Molina descubrió, con otros investigadores, que las gotículas de la saliva transmitían el virus.
Todo esto se hizo en colaboración. Me parece una forma de trabajo más adecuada porque, incluso, permite un manejo de recursos más adecuado para que, en lugar de que haya repetición de temas, las diferentes instituciones trabajen juntas.
Otro caso fueron los microtemblores, enjambres que preocupaban a la gente. La presidenta electa indicó que reuniéramos a todos los sismólogos de la ciudad para explicar qué estaba pasando. Todo esto surge con la relación entre la ciencia, la ingeniería y la política pública. Es un estilo de trabajo importante. El modelo de ECOs estará a nivel nacional. Ya está el núcleo duro: la UNAM, el IPN, los Institutos de Salud, la Universidad de Guadalajara, la del Estado de México, la de Zacatecas, la de Chiapas y Guerrero... Por supuesto, invitaremos a que participen todas de manera que tengamos proyectos conjuntos a nivel nacional y se contempla el trabajo a nivel internacional. Las directrices las tiene que mandar la presidenta.
¿Cuál es el papel de la nueva Secretaría en este modelo?
Durante la pandemia, quien hizo la unión entre los científicos y el gobierno, a solicitud de la entonces sefa de Gobierno, fue la SECTEI. Una secretaría que ahora es equivalente, a nivel nacional con la nueva Secretaría de Ciencia; esa misma va a ser la que pueda convocar a la constitución de las redes. Tendremos programas concretos, pero estamos discutiendo otra serie de programas. La presidenta electa decidirá cuáles serán los que se realizarán.
¿Qué proyectos de la SECTEI continuarán?
Uno de los proyectos que, por ejemplo, va a continuar son los institutos del Conahcyt. Naturalmente, habrá que evaluarlos y revisarlos, son muy importantes y tienen temas interesantes que trata. Hay que hablar con todos los directivos y comunidades de estos centros.
Uno de los programas más importantes que lleva el Conahcyt es el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). El SNI tiene una buena noticia: ha crecido un 44%. También hay que ver que ha tenido éxitos importantes, como ese aumento de investigadores e investigadoras nacionales. Ese es un proyecto que continúa; también continúan los programas de divulgación de la ciencia. Hay nueve proyectos que son nacionales y que deben de continuar. Se tienen que evaluar para ver qué sigue y qué no.
El SNI sigue, así como las becas nacionales e internacionales para los posgrados. Los programas más importantes continúan, habrá que ver qué nueva orientación va a dar la presidenta.
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¿Cuáles son las prioridades en materia de educación, ciencia y humanidades?
Me parece muy necesario que la educación científica llegue a todos los niveles escolares y a la gente en general. Un trabajo importante de Conahcyt fue promover la divulgación. El propio Conahcyt hace divulgación de la ciencia, pero también la busca entre sus investigadores. En el SNI actualmente tienen una evaluación que incluye, a diferencia de lo que ocurría antes, el trabajo de divulgación. Al gobierno le importa que la gente que trabaja en Filosofía, Matemáticas o Física, por ejemplo, tenga un momento de trabajo de divulgación; que ese conocimiento llegue a todos los niveles, y que un pequeñito de preescolar entienda, por ejemplo, qué es el medio ambiente; que lo entienda un niño de preescolar y hasta un estudiantes de posgrado. Ese trabajo se tiene que seguir haciendo.
Hoy se trata de incidir en la educación en todos los niveles escolares. El conocimiento que producen los científicos tiene que verse reflejado en la Educación. Siempre es complicado que hay descubrimientos en la ciencia y tarda un tiempo para que lleguen de la ciencia a la educación. Este retraso se ha estudiado. Puedo dar el ejemplo que yo trabajo, la evolución... Hubo un tiempo que tuvo que pasar, en la forma de enseñanza, sobre cómo surgió la vida en la Tierra, con una base religiosa o mítica, para llegar a una base científica. Hay que insistir en la actualización de los planes de estudio. Eso también toca a las Humanidades (...) Las Humanidades son, igualmente, indispensables. Es importante que los científicos entiendan la responsabilidad social de la ciencia. No se puede estudiar cualquier cosa.
¿Cómo se va a reparar la relación entre la comunidad científica y las instituciones?
Hemos avanzado mucho desde que la Presidenta electa estableció los Diálogos por la Transformación. Una indicación directa fue hablar con todo el mundo y a mí, en particular, me tocó el diálogo con la gente que había hecho algún tipo de crítica al Conahcyt. Yo me he entrevistado con la mayoría de estas personas. Eso se va solventando.
¿Se transparentarán temas como la Vacuna Patria o los ventiladores?
No hay la menor duda de que en todo esto Conahcyt va a entregar, en la transición, la situación de dichos productos. No veo ningún problema ahí. Todo esto se tendrá que conocer.
Por muchas razones se pone la Ley de Ciencia, un tema central, en tela de juicio, ¿qué se hará al respecto?
Tenemos que hablarlo. En la transición será una parte importante ver la situación actual de la Ley de Ciencia y continuar con lo que tenga que hacerse.
¿Cuál es el mayor reto que le hereda el Conahcyt?
Yo tengo que conocer más. El reto que existe ahora es crear una Secretaría a partir de un Consejo. No es algo trivial.