Adaptación, cambio, extinción, ecosistema, evolución, diversidad, huella. Palabras que surgen con una historia que se subraya, reinventa o transforma con el paso del tiempo. A principios de este siglo se publicó la hipótesis de una nueva era biológica en el boletín del Programa Internacional Geosfera-Biosfera (IGBP por sus siglas en inglés). La palabra Antropoceno encerraba una gran cantidad de conceptos sobre el nuevo ritmo del planeta. Antropoceno se utilizaba para designar las repercusiones del clima y la biodiversidad, la rápida acumulación de gases de efecto invernadero y el consumo excesivo de recursos naturales.
El término fue creado a principios de la década de los 80 por el biólogo estadounidense Eugene F. Stoermer, pero quien lo popularizó fue el holandés Paul Crutzen, premio Nobel de Química, quien lo uso para definir una época en la que las actividades de la humanidad empezaron a provocar vertiginosos cambios biológicos y geofísicos a escala mundial. Ambos son autores de aquel texto publicado en mayo del 2000 donde el concepto de Antropoceno sintetizaba la huella del hombre en la Tierra como una fuerza geológica capaz de acelerar los procesos naturales desde finales del siglo XVIII marcando una nueva era.
Tras la aparición formal del concepto, la comunidad científica comenzó a investigar las evidencias científicas y estableció el Grupo de Trabajo del Antropoceno, que ha examinado posibles marcadores y periodizaciones de la nueva época, mientras investigadores de otras disciplinas también lo han identificado como concepto cultural. El término geológico y cultural que da cuenta de la transformación del planeta y los retos ambientales.
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Antropoceno en México
TV UNAM propone una nueva mirada al concepto. Se trata de Antropoceno en México, una serie de divulgación científica de 20 episodios que inicia el próximo miércoles a las 21:30 horas con retransmisión los domingos a las 17 horas. Iván Trujillo, director de TV UNAM, explica que la idea central es evidenciar el impacto de la actividad humana en el planeta, pero también la forma en que se puede revertir mediante el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico, pero vista desde México.
Se desarrollan diez temas que centran su atención en dos factores antagónicos, por ejemplo “Agua y tierra”, dicotomía mediante la que se abordará la crisis del agua y el empobrecimiento de los suelos; “Luz y oscuridad”, que abordará el consumo energético y la contaminación humana. El tema servirá de pretexto para hablar de la contaminación lumínica y las consecuencias de la pérdida de la oscuridad, se abordará de la Sierra de San Pedro Mártir en Baja California, donde se ubica el Observatorio Astronómico Nacional. En otras dicotomías, como “Frío y calor”, se hablará del calentamiento global y las especies que se han logrado adaptar a las condiciones extremas que padecemos.
Las historias llevarán al espectador a diferentes puntos de la geografía nacional poco explorados, como Aguada Fénix, en Tabasco, que se considera la construcción maya más antigua y grande y cuyo reciente descubrimiento cambia varios aspectos de la historia de esta cultura, como su cercanía con los olmecas y su transición al sedentarismo, y una nueva concepción de sus ciudades-estado.
También se visitará el río San Pedro, en Tabasco, para conocer más de esta microcuenca que encierra gran diversidad de hábitats riparios que están amenazados por acciones humanas como prácticas agropecuarias. Las selvas altas de Chiapas, el Refugio de la Mariposa Monarca, el Eje Transversal, la Sierra Madre del Sur, Palenque y Xochimilco son otros lugares para contar la huella humana y el seguimiento de especies ejemplo de supervivencia, como el borrego cimarrón, el berrendo, el oso negro, el bisonte y el perrito de las praderas.
La serie es conducida por la escritora Yael Weiss y Manuel Suárez Lastra, director del Instituto de Geografía. Weiss afirma que la generación del conocimiento sobre la naturaleza, brinda la oportunidad de compartirlo para sensibilizar sobre el aprovechamiento de los recursos. Suárez asegura que una de las premisas de la serie es crear conciencia de que hay cambios constantes en los procesos naturales, pero que con las actividades humanas se han acelerado. “Los seres vivos se logran adaptar, pero a la velocidad que ha llevado estas transiciones el ser humano, algunas especies no lo han logrado”.
La mirada de los expertos
Participa un comité científico de instituciones de la UNAM, como los institutos de Biología, Geografía, Astronomía, Ciencias del Mar y Limnología, Ecología, Fisiología Celular, Geografía y Geofísica. También cuenta con el apoyo de la Universidad de Arizona, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
El proyecto de Antropoceno en México, coproducción con Fundación Telmex y Claro Video, se transmitirá desde el Pabellón de la Biodiversidad del Instituto de Biología. La directora de este instituto, Susana Magallón, explica que este pabellón ubicado en las proximidades del Centro Cultural Universitario, alberga importantes colecciones del Instituto de Biología, pero tiene una naturaleza dual: tanto difundir, como generar el conocimiento, pues al mismo tiempo que se exhiben muestras sobre los procesos biológicos de nuestro planeta, mantiene laboratorios activos donde se genera ciencia y cuyas ventanas en los pasillos permiten asomarse a los visitantes.
Así, entre vitrinas donde, gracias a un suspiro taxidérmico, conviven insectos, pájaros carpinteros, hongos, embriones de tlacuache, líquenes, pulpos rojos, topos, arañas y pumas, este lugar también será escenario protagónico del Antropoceno en México, pues una copia del programa se transmitirá en el Pabellón. También contará con las cápsulas por separado (cada programa contendrá tres) para conformar una base de datos denominada “Historia de evolución, biodiversidad y cambio climático”.
Los programas contarán con las opiniones de expertos como Antonio Lazcano y José Sarukhán. La doctora Magallón subraya que es muy importante la voz de los científicos para contextualizar las temáticas abordadas y que los conceptos se divulguen de manera adecuada.
“Cada quien aporta desde su nicho”, subraya Suárez, quien además de conducir, es parte del Comité Científico del programa aportando su perspectiva como geógrafo y estudioso de los problemas de la urbanización en las ciudades. Agrega: “Al grabar un programa de desastres no podemos decir algo que se interprete como, por ejemplo, que el fuego es malo. Los fenómenos naturales suceden, e incluso son necesarios para la supervivencia de ciertas especies, pero se pueden convertir en desastres si los humanos están ahí. Esto nos lleva a reflexionar sobre la importancia del futuro de la urbanización y las ciudades sostenibles”.
Hay consenso sobre el hecho de que varios parámetros del sistema terrestre han empezado a evolucionar fuera del espectro de variabilidad natural de la época holocena, y se admite cada vez más que la época antropocena es de origen humano. Los cambios son evidentes y cada vez se vislumbran más cercanos: las temperaturas medias subirían cerca de 4 grados centígrados para el final del siglo si los combustibles fósiles siguen siendo extraídos al ritmo actual durante los próximos 27 años, y para 2050 quedarían condenadas a la extinción entre el 22 y 31% de las especies, si el calentamiento global se mantiene en umbrales bajos.
Como epílogo se presentan las propuestas de la ciencia y la tecnología para mitigar los efectos del cambio climático, basadas en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para enfrentar los problemas del Antropoceno, un problema principal es resolver la justicia medioambiental: el cambio climático aumenta y crea nuevos problemas en ecosistemas naturales y humanos. Visibilizar las problemáticas y las soluciones abre la posibilidad de frenar el feroz ritmo con el que el planeta se mueve e intentar equilibrar la balanza.
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