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Un nuevo estudio identificó los tipos de anticuerpos , desarrollados por las personas que padecieron el Covid-19 y se recuperaron, más efectivos para bloquear la replicación del SARS-CoV-2 y que a su vez ayudan a prevenir otras enfermedades graves, por lo que un grupo de investigadores se ha dedicado a replicarlos masivamente, pues han reducido hasta en un 87% las hospitalizaciones y decesos de las personas tratadas.
Desde que se detectaron los primeros casos del nuevo coronavirus, los científicos observaron que las personas infectadas generaban una variedad de anticuerpos. Esto sucede, normalmente, cuando el ser humano se enfrenta a una infección viral como parte de una respuesta natural del cuerpo.
En este contexto, desde hace un año, los expertos se fijaron la meta de estudiar los que eran desarrollados por el Covid-19 para así producirlos “a granel”, en búsqueda de utilizarlos como una herramienta adicional a los tratamientos que combaten a la enfermedad, que actualmente se ha cobrado la vida de aproximadamente dos millones 659 mil 578 personas alrededor del mundo.
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Durante las investigaciones, lideradas por las farmacéuticas Vir Biotechnology y GSK, los expertos observaron la forma de actuar de los anticuerpos monoclonales (mAbs o Moabs), producidos por una célula del sistema inmune especifica mediante los linfocitos B . Estos son conocidos como una clase de células especializadas, así como el principal mecanismo de defensa contra patógenos del cuerpo humano.
Foto: DANIEL DUARTE / AFP
Los anticuerpos específicos o monoclonales, resultantes de las infecciones del SARS-CoV-2, fueron probados en tratamientos de la enfermedad, demostrando su gran potencial, ya que son capaces de prevenir muertes y hospitalizaciones entre los pacientes con Covid-19 leve o moderado , y especialmente en aquellos quienes que se encuentran más susceptibles a enfrentarlo críticamente.
Los especialistas encontraron que las probabilidades de hospitalización y muerte se redujeron en un 85%. Estos resultados, publicados en “Nature”, coincidieron con los efectuados por la empresa Eli Lilly, que a su vez, registraron un 87%.
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Estas respuestas “se suman a un creciente cuerpo de evidencia de que los tratamientos pueden ayudar a defenderse de enfermedades graves cuando se administran temprano”, expresó Derek Angus, médico de cuidados intensivos de la Universidad de Pittsburgh en Pensilvania, el cual se mostró expectante frente la efectividad de estos anticuerpos que tachó de “increíbles”.
Foto: HAZEM BADER / AFP
Entre los anticuerpos monoclonales reconocidos por la tríada de laboratorios , se ubican, principalmente, “VIR-7831”, el cual fue aislado por primera vez en 2003 durante la epidemia del Síndrome Agudo Severo (SARS) , pues los investigadores descubrieron que este se une también a la proteína de pico del SARS-CoV-2 y que se encuentra presente en algunas de las nuevas variantes del virus, como el caso de la mutación predominante en Sudáfrica, identificada como “B.1.351”.
VIR-7831 ya ha sido autorizado para tratamiento en algunas clínicas de Estados Unidos (EU) y otras regiones. Sin embargo, varios médicos se resisten a su uso, del mismo modo que, un gran número de pacientes se muestran escépticos respecto a que se les aplique dicho tratamiento.
Angus explicó que uno de los problemas en torno a su administración estriba en que, actualmente, son escasas las publicaciones que respaldan la fiabilidad de los anticuerpos “mAbs” , y ninguna de ellas ha sido revisada en pares, lo que quiere decir, que no cuenta con la evaluación de otros especialistas. Aunado a esto, el investigador agregó que su alto costo y su administración, de tipo intravenosa, impiden su fácil acceso.
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Foto: HAZEM BADER / AFP
A esos inconvenientes se suma los indicadores que al principio de la pandemia señalaron que los anticuerpos monoclonales no beneficiaban a las personas que habían sido hospitalizadas con Covid-19 . Sin embargo, el epidemiólogo justificó este fenómeno al explicar que “ la terapia con anticuerpos monoclonales funciona mejor en las primeras etapas de la enfermedad”, por lo que se cree que los síntomas de la etapa tardía del Covid-19 grave , más que impulsados por el virus, lo son por el sistema inmunológico.
Saye Khoo, farmacólogo de la Universidad de Liverpool en Reino Unido, opinó que pese a que los estudios en personas con Covid-19 leve han sido prometedores, son demasiado pequeños para alcanzar conclusiones definitivas, pero su desarrollo debe continuar, ya que los anticuerpos monoclonales podrían proporcionar un puente importante entre las vacunas y los tratamientos que se han encontrado para las personas hospitalizadas, sobre todo si son suministrados oportunamente.
“No es un reemplazo de las vacunas, pero es un plan B”, consideró Jens Lundgren, médico de enfermedades infecciosas de la Universidad de Copenhague y Rigshospitalet, quien junto con Khoo aseguraron que “no debemos olvidar esto, porque vendrán otras pandemias. Esta ha sido una verdadera lección sobre cómo estar preparado ".
nrv