Recientes investigaciones advierten que la brecha que se creía que dividía a jóvenes y a adultos mayores, siendo estos últimos los más susceptibles de padecer efectos graves del coronavirus SARS-CoV-2 , se ha reducido, como una prueba de que la edad no es sinónimo de inmunidad o buena salud.
Expertos del Hospital Infantil Benioff de la Universidad de California analizaron 8 mil 400 casos de adultos jóvenes, de entre 18 a 25 años, infectados por el Covid-19 y observaron que la vulnerabilidad médica general era del 30 por ciento en el caso de las mujeres, y del 30 por ciento en el de las hombres.
El incremento de hospitalizaciones en la población joven de Estados Unidos ha sido visible, pues durante el mes de abril se internaron un promedio de 8.7 por cada 100 mil habitantes en el grupo de 18 a 29 años, en comparación con 128.3 por cada 100 mil habitantes en el caso de los mayores de 65 años.
Mientras que a finales del mes de junio las cifras aumentaron a un de 34.7 y 306.7 respectivamente, lo que significa que las hospitalizaciones de adultos jóvenes crecieron en un 299 por ciento, frente al 139 por ciento en los pacientes mayores que ingresaron a terapia intensiva.
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Sally Adam junto con su equipo de investigación tomaron en cuenta los factores de riesgo que sensibilizaron a este sector de la población. Entre esos indicadores se encuentran problemas cardíacos, enfermedades como la diabetes y el asma, así como condiciones inmunológicas (lupus, gota y artritis reumatoide) o afectaciones hepáticas, entre ellas, la obesidad y el tabaquismo.
Los expertos descubrieron que el tabaquismo superó a los otros riesgos mencionados, situación que confirmó que el 100 por ciento de los fumadores son más vulnerables a padecer el coronavirus en su faceta más soez de la enfermedad.
Según las cifras de la Universidad de California, el número de fumadores fue de mil 664, igual al 19.8 por ciento. Esta cifra superó el número de personas con asma (8.6 por ciento), obesidad (3 por ciento) y trastornos inmunológicos (2.4 por ciento). Además, el 1.2 por ciento tenía diabetes, el 0.6 por ciento una afección hepática y el 0.5 por ciento una afección cardíaca.
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Las cifras relacionadas con los consumidores de cigarros determinaron que las personas que no fuman se encontraban en un estimado de 16.1 por ciento (6 mil 741 habitantes) de probabilidad de verse afectados por el SARS-CoV-2 a diferencia de los fumadores, que peligran en un 31.5 por ciento (8 mil 405 adultos jóvenes).
“El tabaquismo está asociado con una mayor probabilidad de progresión de Covid-19, incluyendo una mayor gravedad de la enfermedad o muerte”, explicó Adams. “Fumar puede tener efectos significativos en los adultos jóvenes, que típicamente tienen bajas tasas para la mayoría de las enfermedades crónicas”.
Los investigadores consideraron de suma importancia la reducción del tabaquismo en la población mundial, pues las tasas de fumadores que son adultos jóvenes aumentan progresivamente, las cuales, en la actualidad, ya han superado a las tendencias que en el pasado posicionaban a los adolescentes como los consumidores principales de este producto derivado de la nicotina.
nrv