Este fin de año no será el mismo para muchas familias que han perdido a un ser querido; sin embargo, con un acompañamiento adecuado, el proceso de duelo puede ser menos doloroso, así lo afirma Lucía Porfirio, psicóloga con especialidad en .

Durante el año pasado, en México murieron un millón 86 mil 743 personas, de acuerdo con información del Inegi, esto representa un incremento de 338 mil 959 decesos respecto al mismo periodo de 2019, siendo el Covid la segunda causa de muerte a nivel nacional, solo detrás de las enfermedades del corazón.

En este 2021, nuestro país ha registrado 298 mil 819 fallecimientos por Covid, y en el mundo se contabilizan 5 millones 397 mil 580 muertes por la misma causa, según información oficial de Naciones Unidas. Ante este panorama, recurrir a la tanatología se ha convertido en una opción cada vez más frecuente.

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Durante esta pandemia, la psicóloga Lucía Porfirio reconoce que se ha incrementado su trabajo debido al número de decesos a consecuencia del Covid; sin embargo, las personas no sólo acuden a la tanatología por la muerte de algún familiar, sino también por otro tipo de pérdidas.

La tanatóloga comenta que a lo largo de la vida los seres humanos experimentamos muchas pérdidas, como lo son una pareja, un trabajo, una casa, algún objeto significativo e incluso la libertad de salir a la calle y, en el caso más extremo, a un ser querido.

Acompañamiento en el duelo es clave según la tanatología
Acompañamiento en el duelo es clave según la tanatología

En el duelo, afirma Porfirio, las personas buscan adaptarse a una nueva vida, que sea lo más “normal” posible, o al menos lo más cercana a como era antes de una pérdida. “La gente se pregunta por qué a mí, por qué nos pasa esto, pero es natural sentir enojo, el llanto, la tristeza. (Las personas) van a pasar por esas etapas... y una vez que pase todo esto, se debe aprender a reconstruir, resignificar y adaptarnos a la vida”.

Lucía Porfirio comenta que es común experimentar las cinco fases del duelo propuestas por la psiquiatra Elisabeth Kübler Ross (negación, ira, negociación, depresión y aceptación); sin embargo, asegura que no todas las personas las viven de la misma manera ni en el mismo orden. “Las fases no se presentan de manera lineal, a veces podemos tener todas las etapas al mismo tiempo, podemos creer que ya lo superamos, pero viene un recuerdo y puede haber recaídas".

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En esta época de Navidad y Año Nuevo mucha gente tiende a deprimirse porque recuerdan que el año anterior su familiar sí estaba con ellos disfrutando estas fechas, pero la psicóloga asegura que es natural y forma parte del mismo proceso de duelo.

Porfirio recomienda dejar que las personas que están viviendo un duelo liberen sus emociones, pero siempre en compañía de alguien que les brinde apoyo. “Cada ser humano tiene diferentes situaciones con el familiar que partió. No es lo mismo decir ‘yo lo extraño porque vivía conmigo’ o porque ‘nunca le dije lo que sentía’ y se sienten culpables. Hay que identificar qué emociones tengo: culpa, enojo, tristeza, para poder liberarlas. Aprendamos a reconocernos y a comprendernos”.

Para que un duelo sea “sano”, la especialista comenta que puede transcurrir desde seis meses hasta un año, sobre todo cuando se cuenta con el acompañamiento adecuado. “Cuando no es así, hay gente que tiene sus duelos no superados y llevan hasta 30 años en ello, incluso puede durar toda la vida”.

Proceso de duelo
Según la psiquiatra Elisabeth Kübler Ross, las fases son:
1. Negación. Etapa difusa de incredulidad, se evita mirar la realidad o se niegan las emociones. 
2. Ira. Se manifiesta el enojo y la ira buscando culpables: uno mismo, Dios, la vida, etc.
3. Negociación. Se buscan alternativas para revertir la pérdida. Se hacen promesas a Dios o a otras personas.
4. Depresión. Se manifiestan signos y síntomas de depresión debido a la pérdida.
5. Aceptación. Se reconoce lo inevitable de la pérdida, intentando comprender el aprendizaje o la experiencia.

La egresada de la UVM sugiere que exista un acompañamiento hacia las personas que han sufrido la muerte de un ser querido, estar cerca de ellos, abrazarlos, escucharlos e incluso ayudarlos en las tareas cotidianas de la casa. “Si tenemos a una persona que está en casa y no se quiere levantar, es mejor, si se puede, ayudarle, ver que su casa esté limpia, sugerirle salir a caminar. Tampoco se trata de forzarlos, pero sí hacerles saber que estamos ahí”.

Lo que no debemos hacer, asegura, es decirles que no se preocupen, que no lloren, que todo va a estar bien. “Hay que comprender que cada quien tiene su tiempo, su ritmo y su espacio y no nos queda más que acompañarnos, pero con respeto".

Finalmente, Porfirio sugiere solicitar ayuda con algún especialista, lo pueden encontrar en Locatel al teléfono 55 5658 1111, servicio que atiende las 24 horas del día, y si bien no se les brinda terapia a largo plazo, sí atienden situaciones de crisis y los canalizan a las instituciones especializadas.

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