El Día Mundial de Lucha contra el Sida, celebrado este primero de diciembre, conmemora 40 años, desde que se detectaron los primeros casos del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que si bien, ya existen tratamientos antirretrovirales para atenuar los efectos de la enfermedad, aún no hay una vacuna que la prevenga. Sin embargo, la ONU ha trazado un plan de acción para lograr su erradicación en 2030. ¿Qué tanto hace falta para cumplir este objetivo? Experto de la UNAM lo explica.
En medio de la pandemia mundial que atravesamos por el Covid-19 , es necesario recordar que existen otros problemas de salud pública dificiles de abordar, ya sea por el lento desarrollo de las vacunas o por la resistencia del virus, como sucede con la infección por VIH. El experto en vigilancia epidemiológica del VIH, Roberto Vázquez Campuzano analizó el panorama de los contagios por este padecimiento, la irrupción de los avances médicos que provocó la pandemia en México y el progreso del biológico para evitar el contagio del VIH.
El integrante de la Facultad de Medicina comentó, en un comunicado, que así como la ONU trazó un plan global para enfrentar al VIH, en México hay planes para su combate, sin embargo, el confinamiento atrasó los proyectos y metas que se tenían previstos para 2020 y 2025, en la búsqueda de cumplir con el objetivo de eliminarla.
Esta fecha conmemorada cada primero de diciembre, desde 1998, fue la primera dedicada a la salud en todo el mundo, y tiene el objetivo de recordar a las personas fallecidas por dicha causa y realizar labores de conscientización, de acuerdo con el portal "ONUSIDA".
Lee también:
“No empeoró el VIH con la Covid-19 . Tenemos ahorita registrados 320 mil casos en nuestro país; en 2020 hubo poco más de 9 mil procesos nuevos, y en lo que va del 2021 contamos con 6 mil 500 casos más”, informó el académico de la máxima casa de estudios.
Además de la información aportada por el experto, otro estudio de la Unidad de Inmunopatología del Sida, en España, arrojó que el virus del sida tiene una capacidad de mutación mil veces mayor al coronavirus y su envoltura se compone de azúcares, que actúan como escudo ante el sistema inmune.
El trabajo también explica que el VIH es un antígeno complicado de eliminar, ya que el sistema inmunológico no cuenta con las herramientas necesarias para enfrentar la infección, a diferencia de la reacción de nuestro cuerpo con agentes como el Covid-19 en el que las personas pueden recuperarse si su sistema produce anticuerpos.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud ( OMS ) es un virus que ha cobrado la vida de más de 35 millones de personas en el mundo, durante los 40 años, y pese a que se ha convertido en la "epidemia contemporánea", no existe una cultura diagnósitica, ya que según cifras oficiales, el 84% de las personas que la padecen desconocen que contrajeron el virus.
El también Integrante del Departamento de Enfermedades Emergentes y Urgencias del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) dijo: “tenemos que hacernos la prueba, estar conscientes de que la transmisión se da por vía sexual, sanguínea o perinatal, estar atentos de nuestro riesgo. Y si salimos positivos solicitar nuestro acceso a tratamiento retroviral”, resaltó.
Aunque relacionamos ambos conceptos, la diferencia implica el proceso en el que se encuentra el virus, pues el VIH se asemeja a las infecciones que produce cualquier otro virus, y pasa por la etapa aguda y crónica, mientras que el sida se sitúa en la etapa más avanzado de la infección en el que nuestro sistema colapsa y pierde capacidad de generar anticuerpos.
El experto refirió que en cuatro décadas se han intentado diversas pruebas para controlar la propagación del virus, sin embargo esto no se ha logrado y obtener la vacuna sería beneficioso para contrarrestar la contaminación.
El proyecto "Mosaico" es un estudio realizado en ocho países que evalúa un estudio experimental para prevenir el VIH y comenzó su aplicación a participantes en octubre de 2019.
Se lleva a cabo en países como Argentina, España, Italia, México, Perú, con el objetivo de probar la eficacia de la vacuna. La investigación recientemente llegó a fase tres. Apesar que se encuentra en la última etapa de estudio -refirió el catedrático- debe transcurrir de dos a tres años para dar seguimiento a la respuesta inmunitaria de las y los participantes.
“El proyecto Mosaico, como se ha denominado a la vacuna, utiliza diferentes antígenos del virus combinado. Es una sustancia que se está probando en ocho países en el mundo, incluido México. Estos ensayos, de fase tres, tienen que desarrollarse durante por lo menos dos o tres años, para ver si hay algún efecto sobre la población”, indicó.
Lee también
De acuerdo con el académico, desde 2009 no se ha tenido una vacuna en fase tres y esperan que en pruebas futuras se consiga la inmunidad deseada.
“Es una vacuna producida por una farmacéutica de Estados Unidos. Se había hecho antes de todo, muchas estrategias: se han usado vectores virales no humanos, virus de canarios, baculovirus de plantas, y no se ha podido consolidar, por ello, esta ocasión sí es muy esperanzadora, aunque hay que esperar los resultados”, explicó.
Los hombres habían sido los más afectados por este virus, impactando en un 80% de enfermos, pues habían siete varones contagiados por cada mujer mexicana, ahora el contagio disminuyó a cuatro hombres por cada mujer, ubicandose, ellas, entre el 18% y 19%.
En el caso específico de los niños, que son contagiados por sus madres, durante el embarazo, la lactancia o el parto, del 97% de pacientes perinatales que se encuentran en el grupo de la eliminación de transmisión del VIH a la que se comprometió México, el 3% cierto restante se propaga en las comunidades rurales, dónde es dificil el acceso a la salud: “la mayoría de los casos se presentan en niños pequeños, recién nacidos, tenemos poco más de 2 mil casos en infantes de uno a cuatro años de edad”, señaló Vázquez Campuzano.
“La infección ha repuntado en las mujeres, ha ido ganando terreno y se debe también al tipo de transmisión. Cuando se descubrió el virus decían que los factores de riesgo eran la homosexualidad, la hemofilia, el uso de drogas inyectadas; empero, la transmisión sexual entre heterosexuales ha vuelto a ganar mucho terreno”, puntualizó.
jgt/melc