La historia de la hepatitis B poco a poco se comienza a develar, pues a través de nuevas investigaciones se dio a conocer que el virus tiene entre 20 mil y 17 mil años de antigüedad, es decir, habría surgido en el Holoceno Temprano, en el Este de Asia, y en el caso de México, está presente desde antes de la llegada de los españoles al actual territorio nacional. Con esa información, hay un acercamiento a su génesis y quizá se se puedan encontrar medicamentos o vacunas.
“Aprender de esto nos ayudará a poderlo aplicar en las enfermedades y pandemias de hoy en día. Por ejemplo, en el contexto actual del Covid-19 en tiempo real estamos viendo cómo se generó la dispersión del virus. Ahora estamos haciendo lo mismo pero a 10 mil años de antigüedad. Tratamos de entender dónde se generó este virus, cómo es que apareció en la especie humana, de poner en evidencia cómo es que se dispersó y si esto tuvo que ver con algún cambio cultural o no”, dice Rodrigo Barquera, químico farmacobiólogo de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
Para todo el estudio se analizaron restos de 137 cuerpos. De ese total, dos son indígenas que habitaron el actual territorio mexicano y que fueron hallados en 1992, en un entierro masivo, en el Hospital Real de San José de los Naturales, que fue fundado entre 1529 y 1531, por fray Pedro de Gante, para atender a la población indígena del Virreinato de la Nueva España.
“Este trabajo es muy grande y nos interesa, porque por lo general, en este tipo de estudios no incluían muestras de Latinoamérica, pues no ha habido mucho muestreo. Es la primera vez que en un estudio de este tipo se incluyen muestras de América Latina y particularmente de México. Estamos aportando a la reconstrucción de una historia de la enfermedad”, dice Barquera.
Los resultados del estudio fueron publicados el 8 de octubre en la revista Science y ahí se explica que la hepatitis B ha infectado a los seres humanos por miles de años y “sigue siendo un problema de salud mundial, pero su diversidad y rutas de dispersión pasadas son en gran parte desconocidas”, aunque, estas dudas se comienzan a despejar.
“El dato que se tenía antes es que posiblemente la hepatitis B había acompañado a la humanidad por entre 16 mil y 12 mil años. Ahora lo estamos refinando a entre 20 mil y 17 mil años de antigüedad. Esto lo podemos decir de una forma más o menos concluyente, porque no sabemos si en el futuro se va a encontrar una muestra más antigua. Hasta el momento este es el estudio que detalla con más precisión la presencia de la hepatitis B en los humanos”, asegura el especialista.
Los investigadores se pudieron acercar a la posible fecha de aparición de la hepatitis B, sin embargo, su origen aún es una incógnita. Por el momento, sólo se sabe que habría aparecido en el Este de Asia. De lo que se sabe aún menos es cómo se generó:
“No se ha encontrado ningún reservorio. Lo que sí es que hay evidencia de que nosotros lo llevamos a otros primates no humanos y no al revés, que es algo que vimos ahora también con el coronavirus, que hay casos de contagio en orangutanes que son de transmisiones de humanos hacia primates no humanos. No hemos encontrado ningún virus cercano que nos pueda ayudar a decir que saltó a la especie humana, tampoco hemos encontrado un vínculo con otra especie que nos permita decir que surgió de ahí”, dice.
Si bien falta determinar el lugar de origen de la hepatitis B, los investigadores detectaron que el virus ha tenido presencia en todos los continentes desde hace miles de años, quizás “el virus comenzó a transmitirse en las poblaciones humanas antes de que se separaran las poblaciones que van a dar origen a los grupos nativos americanos y las poblaciones que van a poblar después toda Eurasia. Eso es muy relevante porque es la primera vez que podemos contar la historia de un virus así”.
Para poder plantear esa hipótesis se analizaron las secuencias del virus y pudieron establecer que había diferentes tipos de linajes, uno de ellos es el “G”, que aparentemente resurgió con la pandemia de VIH.
“El linaje G es muy antiguo, sólo está en individuos inmunocomprometidos. Nosotros no nos enfocamos en la parte más clínica, pero alguien podrá tomar esta información, transformarla y ayudar a encontrar una vacuna. Este linaje es muy particular porque generalmente requiere de una coinfección, es decir requiere de otro linaje de hepatitis B para poder infectar. Esto también quiere decir que estos individuos están infectados por tres virus simultáneamente”.
Presencia en América
La hepatitis B en el actual territorio mexicano, explica Rodrigo Barquera, se pudo determinar tras analizar restos de dos individuos del inicio de la Colonia, localizados en el Hospital Real de San José de los Naturales.
En ese sitio, dice Barquera, ya se encontró que un individuo tenía treponematosis (tipo de infección) y ahora estos dos con hepatitis B: “Es decir, había condiciones muy precarias de salud, posiblemente derivadas el estrés al que estaban sometidos. Ahora, como la hepatitis B está presente en América antes de la Conquista, quiere decir que tuvo que haber pasado por los primeros pobladores de América y permanecer con ellos todos esos miles de años aislados”.
En total, Barquera trabaja con los restos de 32 humanos del Hospital Real de San José de los Naturales. Su labor ahí, dice, aún no termina: “Trabajamos en estudios moleculares sobre la genética de los individuos, queremos ver qué otras infecciones hay. Ya tenemos algunas señales que apuntan a distintas bacterias, parásitos y virus que estaban afectando a estos individuos y que posiblemente en los próximos meses podamos compartir más resultados. Independientemente de qué tan lejanos o cercanos seamos genéticamente de ellos, están ahí y son parte de nuestra historia”.
20-17 mil años de antigüedad tiene el virus, es decir, habría surgido en el Holoceno Temprano, en el Este de Asia
150 INVESTIGADORES participaron en el estudio. Tres mexicanos: Lourdes Márquez, Diana Hernández y Rodrigo Barquera.