Desde hace más de dos décadas, Petróleos Mexicanos (Pemex) carece del control automatizado para detectar y localizar pérdidas de presión en 47 de sus 54 sistemas de ductos de hidrocarburo. Esto impide tener una respuesta rápida ante el crimen organizado dedicado al robo en tomas clandestinas.
Con una red de ductos que abarca cerca de 17 mil kilómetros, la compañía ha sido víctima de 82 mil 692 tomas clandestinas por parte de huachicoleros entre enero de 2000 y octubre de 2021; es decir, perforaron el equivalente a cinco veces cada kilómetro de la red en 21 años y 10 meses.
La petrolera reveló que desde 2000 se pidió a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) autorizar el proyecto Implantación del sistema SCADA en la red nacional de la entonces filial Pemex Refinación.
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Esto, con el objetivo de utilizar tecnología diseñada para la detección y localización de pérdidas de presión, a fin de tener una respuesta rápida ante delitos como el robo de hidrocarburos. Sin embargo, las autoridades aprobaron la instalación del sistema en apenas siete poliductos.
Los restantes 47 sistemas quedaron vulnerables a los huachicoleros y así se han mantenido 22 años, incluyendo 2019, 2020 y 2021, los tres primeros años de esta administración.
Entre los sistemas que carecen de SCADA se encuentran Tula-Salamanca, Tula-Azcapotzalco, Tuxpan-Tula, Azcapotzalco-San Juan Ixhuatepec, Azcapotzalco-Barranca del Muerto, Salamanca-Irapuato y Minatitlán-Salina Cruz, donde se registran extracciones completas de empaquetados de producto que se transporta por ducto.
Estos tramos se ubican en entidades consideradas centros de control de huachicoleo: Hidalgo, Puebla, Querétaro, Guanajuato, Veracruz y Estado de México.
EL UNIVERSAL obtuvo un diagnóstico elaborado por José Luis Cotija Ayala, especialista técnico, y autorizado por José Luis Samuel Solís Martínez, suplente por ausencia del Gerente de Transporte, Mantenimiento y Servicios de Ductos, ambos de Pemex Logística, y con fecha de 1 de julio de 2021.
El análisis revela que los 47 sistemas de transporte que pertenecen a la red nacional de Pemex Logística —oleoductos y poliductos—, “no se encuentran automatizados, por lo que se opera en forma manual, implicando mayores tiempos de respuesta en actividades operativas y la atención a eventos ajenos a la operación que interrumpen el proceso.
“La operación de estos ductos actualmente depende de la comunicación vía telefónica o radio, de estación a estación, lo que dificulta la toma de acciones inmediatas ante eventos que se presentan a lo largo del sistema de transporte”.
Mantenimiento incompleto
En diciembre del año pasado, la Gerencia de Regulación, Medición, Calidad, Balance y Desarrollo Comercial de Pemex Logística alertó que “las instalaciones de monitoreo y control que sí están automatizadas, así como los sistemas de medición de flujo, están recibiendo un mantenimiento incompleto para sostener una operación confiable y presentan deterioro de la vida útil de los sistemas de medición de flujo y monitoreo, descargas eléctricas, fallas de componentes electrónicos, actos vandálicos y deterioro en los sistemas de tierra”.
La información obtenida revela que “la falta de mantenimiento se traduce en no efectuar una medición confiable y monitoreo en tiempo real de las condiciones de operación del sistema de transporte por ducto”.
Esto puede ser la causa del impresionante aumento en el número de tomas clandestinas en la red de ductos desde hace más de dos décadas, al pasar de 155 en el año 2000, a 14 mil 910 en 2018, cuando se registró el máximo nivel de perforaciones ilegales.
Si bien se redujeron los pinchazos a ductos en los últimos años, mantienen un nivel alto a pesar del Plan contra Robo de Hidrocarburos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En 2019, el primer año de su gobierno, se registraron 13 mil 137 tomas clandestinas; en 2020 fueron 11 mil 22, y en los primeros 10 meses de 2021 se reportaron 9 mil 25 robos, de acuerdo con la última cifra oficial disponible.
Luego de poco más de dos décadas, se reconoce que Pemex Logística “no cuenta con sistemas SCADA” y la operación de esos ductos depende, actualmente, de la comunicación vía telefónica o radio.
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“Este método es efectivo, siempre y cuando, el personal sea consciente o entienda la hidráulica del ducto, porque cuando no se cuenta con centros de control que emplean sistemas SCADA, una caída de presión puede significar muchas cosas: puede ser una pérdida de contención por falla, actos ilícitos o una separación de columna, de ahí que la comunicación entre estaciones debe ser frecuente y descriptiva”, subraya el diagnóstico.
Los especialistas de Pemex dicen que los procedimientos de detección de pérdida de contención “no son consistentes dentro de la red de ductos de Pemex Logística, de ahí que están obligados a realizar patrullajes aéreos y terrestres como método de detección de pérdida de presión”.
Ante esto, la petrolera va a retomar el proyecto de “Implantación del sistema SCADA”, como una segunda etapa para utilizarlo en los 47 sistemas que carecen del mismo, “con lo que se logrará automatizar prácticamente la totalidad de la red de ductos, beneficiando en mayor medida el negocio de la Subdirección de Distribución dentro de un marco que ofrezca mayor seguridad para las operaciones de los ductos y protección incrementada hacia el entorno ecológico y a las poblaciones cercanas a las instalaciones de Pemex Logística”.
Inversión necesaria
La empresa notificó a las autoridades hacendarias que se requieren 4 mil 308 millones de pesos para instalar el sistema SCADA, a partir de 2022.
Sin embargo, el gobierno federal no le asignó recursos para este año y la automatización sigue pendiente, contribuyendo a darle manga ancha al huachicoleo.
La Secretaría de Hacienda tenía que haberle asignado a Pemex, por lo menos, cerca de 200 millones de pesos para 2022.
En la actualidad, los ductos que no cuentan con esta tecnología transportan gasolinas, diesel, turbosina, combustóleo y petróleo crudo y otros productos, con el objetivo de abastecer áreas de demanda altamente prioritarias en las zonas norte, golfo, pacífico, sureste y centro del país.
La millonaria inversión que se requiere con este proyecto busca ser destinada a los 47 sistemas que carecen de SCADA, los cuales constituyen 10 mil 886 kilómetros de la red nacional.
Si el proyecto se implementa, el nivel de automatización va a permitir que los sitios sean enlazados a los Centros de Control Principal y Alternativo, de modo que el usuario operativo podrá contar con información confiable de las variables más importantes de sus procesos de transporte y distribución de hidrocarburos líquidos.
Permitirá habilitar acciones en tiempo real para controlar, por ejemplo, la apertura y el cierre de válvulas de seccionamiento.
El sistema SCADA, como herramienta con tecnología de vanguardia, tendrá como columna vertebral el sistema troncal de telecomunicaciones, administrado y soportado técnicamente por la Gerencia de Conectividad.
A este sistema se van a unir los enlaces de última milla, siendo los medios previstos radios UHF, de espectro disperso y antenas satelitales.
Pemex advierte que, de no llevarse a cabo el proyecto, la Subdirección de Transporte de Pemex Logística tendrá que incrementar o por lo menos mantener acciones tales como:
Corridas de diablos espesor “0”, para ubicar pérdidas de espesor que indique la ubicación de posibles tomas clandestinas a lo largo de los ductos.
Celajes aéreos, que incluye vigilancia nocturna, en los derechos de vía para detectar actividades ilícitas o sospechosas como actos de vandalismo o sabotaje en instalaciones y ductos.