Hay ocho aeropuertos de la red de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) que presentan vulnerabilidad en sus sistemas de seguridad por los deficientes cercados perimetrales, que a la fecha presentan deterioro.
De acuerdo con el organismo estatal operador de terminales aéreas, los agentes climáticos de cada región o daños intencionales de personas ajenas a ellas provocan que los aeródromos, catalogados como instalaciones estratégicas de alta seguridad incumplan las normas nacionales e internacionales de seguridad.
En estas condiciones se encuentran los aeropuertos de Ciudad Obregón, Colima, Campeche, Guaymas, Ixtepec, Loreto, Matamoros y Nuevo Laredo.
Cercados perimetrales de aeropuertos necesitan rehabilitación
La evaluación sobre los cercados perimetrales de estas terminales aéreas muestra que algunos tienen antigüedad de 11 años, cuando su vida útil, según los estándares internacionales, debe ser de ocho.
Esa infraestructura está diseñada para “proveer medios de protección adecuados para impedir el acceso inadvertido o premeditado de personas no autorizadas a las instalaciones y servicios terrestres indispensables para la seguridad de la aviación civil; asimismo, deberá ser una barrera adecuada para evitar la entrada en el área de animales que por su tamaño lleguen a constituir un peligro para las aeronaves”, explicó ASA.
La información a la que tuvo acceso EL UNIVERSAL vía la Plataforma Nacional de Transparencia advierte sobre “algunas construcciones aledañas a los aeropuertos que han generado la necesidad de levantar los cercados hasta cinco metros de altura para evitar el ingreso no autorizado de personas”.
Además, “los animales debilitan los cercados escarbando en la base para ingresar al aeropuerto con los problemas de seguridad” que implican, detalló.
Lluvias y fauna deterioran cercado de aeropuertos
El aeropuerto de Ciudad Obregón, Sonora, por ejemplo, tiene un cercado de 12 mil metros, de los cuales 2 mil presentan “un avanzado grado de deterioro, sobre todo en la malla ciclón. Por sus deficiencias estructurales se ha debilitado y presenta huecos. Aunado a lo anterior, presenta dificultades para mantener la malla ciclónica a ras de terreno e impedir que la fauna no deseada ingrese al aeropuerto, por lo que es necesario efectuar rondines frecuentes con personal para vigilar las áreas vulnerables, acciones que impactan los recursos materiales y económicos del aeropuerto”.
De los 16 mil metros de cercado perimetral del aeropuerto de Campeche, 6 mil presentan daños y su última rehabilitación se hizo hace 10 años.
Esta terminal se encuentra en una región donde la lluvia es muy intensa en ciertas épocas del año y donde la vegetación es muy abundante, factores que inciden negativamente en la estructura de cercado.
En el caso del aeropuerto de Ixtepec, Oaxaca, y a pesar de considerarse instalaciones militares, mil 500 metros de un total de 5 mil 500 metros de cercado presentan “un avanzado grado de deterioro, lo que provoca vulnerabilidad ante posibles actos de interferencia ilícita por gente ajena al aeropuerto que pueden poner en riesgo las operaciones militares o civiles”.
Además de las ocho terminales señaladas, el aeropuerto Tamuín de San Luis Potosí presenta una infraestructura que ya cumplió su vida útil, “por lo que sus condiciones de operación y conservación no son las adecuadas para brindar el servicio que se pretende”, reconoció ASA.
El predio que se encuentra adyacente no se encuentra delimitado por infraestructura, sino por señalética y materiales provisionales que no son aptos para el resguardo seguro del área, detalló, “por lo que no se tiene control sobre el acceso al sitio de personas o fauna, ni sobre el cumplimiento puntual de la normativa al respecto”.
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