Los cierres de las economías de todo el mundo provocados por la pandemia están teniendo un impacto muy significativo en el sector automotriz que va a tener consecuencias en el largo plazo, como es la ralentización de las inversiones y el retraso del desarrollo del coche autónomo, que no será una realidad en el mercado hasta más allá de 2035.
Esta es una de las principales conclusiones del informe Digital Auto Report 2020, elaborado por PwC y recogido por Economía Hoy, en el que se apunta a que en el año 2035 las ventas de coches en la fase más avanzada de autonomía en los tres principales mercados mundiales (UE, China y Estados Unidos), no llegarán a 1% del total, en el mejor de los casos, y la de vehículos de nivel 4 de autonomía se situará en torno a 15%, en Europa y China, y en 2% en Estados Unidos.
Lo cierto es que la pandemia ha generado una crisis global en el sector de la automoción, que está afectando tanto al lado de la demanda como al de la oferta.
Así, según las últimas estimaciones de PwC, se espera que en 2020 las ventas de vehículos en todo el mundo caigan 13.9%, a 64.6 millones de coches, al tiempo que la producción retrocederá 18.9%, a 59.6 millones de unidades.
Por áreas geográficas, sólo China parece haberse recuperado en el tercer trimestre del año de las pérdidas sufridas en el primero como consecuencia de la pandemia. De hecho, excepto en el gigante asiático, la incertidumbre ha vuelto a los principales mercados en el cuarto trimestre de 2020 como consecuencia de la extensión de la segunda ola y de las medidas puestas en marcha para combatirla.
En Europa, las previsiones de PwC apuntan a que 2020 cerrará con una caída de las ventas y de la producción de 28% y 26.9%, respectivamente. Para 2021, las expectativas en todo el mundo apuntan a una recuperación parcial del mercado con un aumento de las ventas de 10.1% y de la producción de 25.2%.
Para Manuel Díaz, socio responsable del sector Automoción de PwC, “la evolución de la pandemia marcará el futuro de un sector que ha disminuido su capacidad para invertir en el desarrollo de las nuevas tecnologías, pero que ahora pone el foco en el corto plazo, fundamentalmente en las restricciones de emisiones y en el desarrollo del vehículo eléctrico pero, sobre todo, en volver a recuperar lo antes posible los niveles de ventas y producción mundiales previos a la Covid-19”.
El Digital Auto Report 2020 hace un análisis de cómo van a evolucionar, de aquí a 2035, los cuatro grandes ejes que están marcando el futuro del automóvil: conectividad, autonomía, movilidad compartida y eléctrica.
En lo referente a la conectividad, el estudio revela que las exigencias regulatorias están impulsando la conectividad básica en la UE y en Estados Unidos. En la UE se espera que en 2025 el parque de vehículos totalmente conectados supere 50%. En Estados Unidos se prevé que este nivel se alcance en 2023 y en China, sin embargo, habrá que esperar hasta 2029.
La conducción autónoma, por su parte, irá evolucionando con una amplia gama de casos de uso, pero todavía tendrán un carácter marginal.
En cuanto al vehículo eléctrico, la UE y China son los mercados que están liderando esta transformación.
Se espera que en 2025 la proporción de coches nuevos con batería eléctrica en estas áreas geográficas sea de 17% y 19%, respectivamente. Estados Unidos, por su parte, apenas llegará al 5% debido a la falta de incentivos de las autoridades estadounidenses.
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