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A diferencia de mayo de 2001, cuando se vendió Banamex-Accival a Citigroup en un cruce de acciones y no se pagaron impuestos por 35 mil millones de pesos, en esta ocasión deberán cubrirse los gravámenes correspondientes, dijeron fiscalistas consultados por EL UNIVERSAL.
Señalaron que si bien faltaría ver los detalles del prospecto de colocación de la Oferta Pública Inicial (OPI) de los negocios de consumo y banca empresarial en México, el grupo estadounidense tendría que pagar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) por la operación anunciada el miércoles.
“Citigroup, como vendedor, pagará el impuesto que corresponda como un ingreso de persona moral”, explicó Sergio García Quintana, de la Comisión Técnica de Finanzas y Sistema Financiero del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM).
Los impuestos se pagarían en México por ser una sociedad registrada en el país y, como cualquier otra, está sujeta al régimen tributario que se aplica a todos los contribuyentes, dijo.
En tanto, agregó, las personas físicas que participen en la OPI pagarán 10% del ISR sólo cuando se deshagan de sus acciones y obtengan una utilidad.
“La utilidad la van a obtener sólo hasta el momento de vender, porque mientras tanto tendrán plusvalías o minusvalías, es decir, aumento de precio por haber vendido”, explicó.
En caso de tener una pérdida, existe la posibilidad de deducirla fiscalmente en un periodo de tres años, comprobando que así fue.
En tanto, Jesús Rodríguez, integrante de la Comisión de Honor y Justicia de la Asociación Mexicana de Contadores Públicos, señaló que en ese tipo de operaciones la parte vendedora paga el ISR. Destacó que la venta de acciones no genera el pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
El martes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador calculó que la venta de Banamex generaría un pago de impuestos de 2 mil millones de dólares, considerando un monto total de la transacción por 7 mil millones de dólares.
El Mandatario hizo esas declaraciones tras el rumor de que el empresario Germán Larrea, que quedaba como único interesado en comprar la institución bancaria, se retiraba del proceso ante las diferencias que surgieron con el retiro de concesiones de ferrocarril de la empresa Ferrosur.
Consideró, incluso, que si Larrea ya no estaba interesado, el gobierno podría comprar Banamex a través de una asociación público-privada.
En ese contexto, hizo cuentas al señalar que, si Banamex cuesta 7 mil millones de dólares, se utilizaría parte del pago de impuestos de 2 mil millones, con lo cual restarían por pagar 5 mil millones de dólares.
García Quintana explicó que eso sería posible si se asociara con alguien para poner una parte y luego se coloca el resto en aportaciones de accionistas.
Esta manera, mediante la cual el gobierno podría comprar Banamex, es un fondeo muy común que se utiliza a través de instrumentos del mercado de valores como los Certificados de Capital de Desarrollo (CKDes) o Fibras (Fideicomisos de Infraestructura y Bienes y Raíces), dijo.