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En un año de elección presidencial en México y en Estados Unidos, las empresas que operan con dólares deben tomar previsiones y no confiarse del superpeso, advirtió el director de Desarrollo de Negocios en Banco Base, Nicolás Eguiarte.
La historia indica que en año electoral el tipo de cambio suele depreciarse hasta 12.56% en el primer semestre, es decir, antes de las votaciones, dijo. Esto ocurre aproximadamente 86 días antes o en los tres meses previos, puntualizó.
“Cúbrete, porque los [niveles de] 16.80 o 17 pesos [por dólar] que vimos en diciembre es muy poco probable que los veamos para abril, mayo o junio de este año”, alertó.
En entrevista con EL UNIVERSAL, recomendó sobre todo a los importadores no esperar ni arriesgarse a ver si se dará la depreciación, pues la historia dice que hay una alta probabilidad. “Lo mejor es anticiparse y cubrir sus necesidades para cumplir sus compromisos con operaciones cambiarias”, consideró.
Eguiarte recordó que a la incertidumbre que se generará en México en la primera parte del año por el proceso electoral se sumará en el segundo semestre el ruido de la contienda en EU.
Los importadores, dijo, deben ser precavidos porque en 2023 tuvimos el fenómeno del superpeso, que empezó en 21 pesos y terminó en 17.
Pero ahora con esta clarificación de lo que pasa en año electoral, es importante que las empresas y tesorerías tengan en mente el riesgo.
Refirió que si bien típicamente tras las elecciones el peso muestra un regreso, no es a los mismos niveles, y en 2024 se suma la situación política en EU con el riesgo que representa Donald Trump.
“Hace ocho años tuvimos a Trump como contendiente, y eso le suma un poco de presión”, dijo.
Sin embargo, consideró que hoy no se oye tanto ruido como la vez pasada con Trump, pero reconoció que sí hay correlación con sus victorias obtenidas en las elecciones primarias y cierto grado de debilidad del peso frente al dólar.
Además, no hay que olvidar que el mercado percibe que el probable recorte de tasas en EU y México, que se esperaba para el primer trimestre de 2024, se posponga al segundo.
Otro elemento que ponderan los mercados financieros es que en 2026 será la primera revisión del T-MEC, señaló. “Eso genera nerviosismo. Si gana Trump, y puede sentarse a renegociar el acuerdo, el mercado lo está tomando muy en cuenta”, manifestó.
Sobre el impacto de la depreciación del tipo de cambio en la inflación durante el proceso electoral, Eguiarte descartó un contagio. “Es poco probable en este momento dada la magnitud de la depreciación que se espera de 12%; creemos que los costos y la economía, en general, pueden absorberlo de una manera adecuada”, expuso.
Si no hay una disrupción grave en las cadenas de suministro, la inflación mantendrá su trayectoria a la baja, aseguró.