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La inflación en México volvió a superar las expectativas, llegando a 8.70% en agosto, su tasa anual más alta en casi 22 años, por lo que se espera que el alza generalizada de precios continúe su carrera ascendente en septiembre y con el riesgo de que su “pico” se alcance hasta el cuarto trimestre de 2022, advierten analistas económicos.
“El resultado de la inflación en agosto fue muy malo debido a que persisten los riesgos al alza y seguimos viendo presiones del lado de los alimentos y los servicios. La inflación ha sido alimentada por muchos choques desde hace meses, y los choques continúan”, dijo Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico de Vector Casa de Bolsa.
Ante ello, se mantiene escéptico respecto a si realmente se alcanzará a ver el techo de la inflación en el tercer trimestre.
“Las presiones en agosto se mantienen generalizadas en todos los rubros de la inflación, que se ubicó ligeramente por arriba de lo esperado. Pero no es sorpresa, porque generalmente supera las expectativas y nos sigue demostrando la dificultad que va a tener controlarla y luego bajarla”, afirmó James Salazar, subdirector de análisis económico y bursátil de CI Banco.
De acuerdo con sus estimaciones, en septiembre todavía se va a ver un mayor nivel de precios. El problema es que hay algunos servicios rezagados: se registran incrementos fuertes en restaurantes, loncherías y fondas, porque están entre las actividades más afectadas por la pandemia y lo que están haciendo los que sobrevivieron es tratar de recuperar lo perdido.
“En la segunda quincena de agosto el galope inflacionario continuó tanto en los precios
subyacentes como en los no subyacentes, y las fiestas patrias pueden darle más combustible a la inflación”, tuiteó Alfredo Coutiño, director para América Latina en Moody’s Analytics.
La dinámica de los precios de varios grupos de productos “es evidencia de que la inflación ha desarrollado ya una inercia, en donde los formadores de precios hacen ajustes constantes con la intención de adelantarse o al menos recuperar lo perdido. Esto constituye un proceso inflacionario perverso y cuesta mucho detenerlo”, agregó el especialista.
En la parte subyacente los precios de los alimentos y bebidas siguen imparables, mientras que las colegiaturas tuvieron su tradicional realineación por inicio del ciclo escolar. Así, “septiembre no parece ser el mes del tan esperado pico inflacionario”, destacó Coutiño.
Muñiz señaló que es difícil predecir si el pico podrá alcanzarse en septiembre, porque si algo ha demostrado la inflación es que ha ganado persistencia, es decir, que cada vez es más difícil que se desacelere porque ha habido muchos choques.
“Tenemos un problema de sequía a nivel nacional que podría hacer que los precios de los agropecuarios crezcan, y ahora está lloviendo mucho y también puede hacer que los precios de los productos del campo aumenten”, dijo.
“Nuestras estimaciones y las del mercado son que se va a desacelerar la inflación, pero actualmente la evidencia no respalda del todo ese escenario”, agregó.
Sin embargo, para el especialista no sólo es importante la previsión para septiembre, sino lo que vendrá después.
“El próximo no va a ser un año fácil, con los ajustes salariales que puedan venir. Si ese ajuste salarial resulta ser elevado, es evidente que la convergencia de la inflación a niveles más bajos se va a tardar en observar”, alertó.
Para Salazar, de CI Banco, la inflación va a comenzar a desacelerarse, pero muy lentamente, manteniéndose arriba de 8.0% hasta el primer trimestre del próximo año, y no será sino hasta 2024 cuando empiece a acercarse a 4%, límite superior de la meta del Banco de México.
“Sí vamos a tener una menor inflación en 2023, pero creo que su ritmo de desaceleración y el nivel al que podamos llegar el próximo año aún debe discutirse, porque ni cercanamente veremos los niveles que Banco de México espera para el próximo año”, advirtió Muñiz.
