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El presupuesto de 516.6 millones de pesos que propone el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2019 para el programa Internet para Todos resulta insuficiente, coincidieron expertos.
Jorge Fernando Negrete, director de MediaTelecom Policy and Law, dijo que era el momento para dar vida al programa de inclusión digital universal establecido en el artículo sexto de la Constitución, con presupuesto público y privado.
“Claramente no corresponde el presupuesto que se asigna a este programa con la intención de generar internet gratuito para todos, el eje que traía López Obrador desde su campaña y que después fue ratificado en el plan de trabajo”, destacó Negrete.
Subrayó que no existe una relación entre la estrategia del plan de trabajo con un presupuesto “ridículo”.
Desde la administración de Felipe Calderón se ha pedido triplicar los recursos para el presupuesto de México Conectado, hoy Internet para Todos, afirmó el directivo de Mediatelecom.
“A finales del periodo de Calderón, cuando estaba Mónica Aspe, siempre dijimos que era un presupuesto insuficiente porque garantiza la operación pero no genera nueva cobertura”.
Por otra parte, señaló que era irrelevante cambiar de nombre la política de conectividad del gobierno que se llamaba México Conectado.
La meta original de México Conectado al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto era brindar conectividad a 250 mil sitios públicos, como escuelas, hospitales y dependencias de gobierno; sin embargo, con los recortes sufridos durante el sexenio la meta se redujo a 101 sitios públicos con conectividad y 32 sitios México Conectado, donde se imparten clases de alfabetización digital.
Sin embargo, Negrete opinó que la ecuación puede cambiar si se suma la iniciativa privada al proyecto.
“Ningún proyecto de internet universal o de acceso universal a internet puede ir sin el presupuesto privado, no existe ningún programa que no vaya con inversión privada”, aseguró.
Si este presupuesto fuera acompañado con decisiones regulatorias que estimulan la inversión en áreas rurales entonces cambia el panorama, porque se suma el capital privado.
“Entonces ese dinero lo pueden destinar para las áreas críticas y pudiera tener un sentido social”.
Sin el incentivo para que las empresas generen inversión resulta un “grano de arena en el océano, no sirve para nada”, manifestó.