Las modificaciones que se aprobaron a la Ley Minera en los últimos días pueden tener un impacto en otras ramas de la actividad económica del país, consideraron expertos durante una mesa de análisis convocada por EL UNIVERSAL.
“La minería es el primer eslabón de una cadena productiva y en el momento en que se produzcan menos minerales se afectará a la industria química, de transformación, eléctrica, hotelera y restaurantera, porque no tendrán los elementos suficientes para trabajar”, explicó el presidente del Colegio de Ingenieros de Minas Metalurgistas y Geólogos de México (CIMMGM), Armando Alatorre.
“Vamos a ver un efecto dominó negativo que va a llevar a un estancamiento de cualquier avance económico”, destacó.
Además, la reforma provocará una caída en las inversiones no sólo de proyectos relacionados con el litio, sino también en los del sector minero en general, ante la incertidumbre que generan los cambios al marco legal.
Desde 2021, los flujos de recursos para proyectos en la industria minera fueron 15% menores a lo que se esperaba, dijo el presidente de la Cámara Minera de México (Camimex), Jaime Gutiérrez.
Agregó que lo más preocupante es que se puedan afectar las nuevas inversiones, es decir, las destinadas a nuevos proyectos y a exploración.
Sobre la reforma aprobada esta semana, Alatorre, del CIMMGM, coincidió en que el problema es que, al reservarse el Estado la exploración, producción, comercialización y toda la cadena del litio, las inversiones se reducirán, algo que afecta a futuro.
Además de la posibilidad de que se reduzcan las inversiones en la minería, hay dudas sobre qué podrá hacerse en torno a la cadena del litio, porque México actualmente no produce ese mineral, de manera que primero hay que invertir en exploración para determinar el monto de las reservas, para después empezar a producir, y es un proceso que puede tardar entre 10 y 12 años.
Además, en la mayoría de los países en los que el mineral se encuentra en arcillas es muy difícil de extraer, y México probablemente estará en esa situación, afirmó. Para Alatorre, se debe dar una justa dimensión a la extracción de litio, ya que las principales potencias de dicho mineral, como Australia y Chile, no son grandes potencias económicas.
En su oportunidad, Gonzalo Monroy, director de la consultora energética GMEC, afirmó que los cambios aprobados por el Congreso de la Unión son “una maroma, porque le tratan de dar la vuelta a los artículos 25 y 28 constitucionales, al estar creando de facto un monopolio de Estado que no está en las actividades prioritarias y estratégicas”.
Agregó que uno de los temas que van a complicar el panorama tiene que ver con las disposiciones incluidas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pues son contrarias a lo que aprobó el Legislativo.
Las reservas son mínimas: 1.7 millones de toneladas, lo que significa que se requiere hacer demasiado trabajo para poder pasar de un recurso prospectivo a una reserva, y a un desarrollo de producción. “Eso tomará 10 o 12 años, y necesitamos saber qué tipo de reservas tenemos”, dijo.
Debido a ello, agregó Monroy, primero se debe definir cuál será el alcance de las reservas y de la producción que se pueda llegar a tener. Además, recalcó que hay muchos temas que no quedaron claros en los cambios aprobados y se tendrán que resolver en la Suprema Corte o esperar al reglamento de la ley.