La historia de los seguros se remonta a Babilonia, donde el código Hammurabi ya preveía indemnizar a esposas y descendientes en caso de la muerte del esposo. Según las investigaciones sobre los inicios del aseguramiento en las culturas milenarias, los griegos garantizaban también un ritual religioso para sus integrantes.
Años más tarde, el Imperio romano estableció las primeras contribuciones definidas para ofrecer opciones de aseguramiento, figura jurídica que también apareció en Inglaterra para los guilds, asociaciones de comerciantes que contaban con un modelo de seguro que daba apoyo en caso de muerte, enfermedad, captura por piratas, entre otras situaciones.
Según el texto Crónica de dos siglos del seguro en México, de Antonio Minzoni, en 1789 se constituyó la primera compañía de seguros en Veracruz, denominada Compañía de Seguros Marítimos de Nueva España, cuyo objetivo era cubrir los riesgos de lo que se definía como La Carrera de Las Indias en el traslado de mercancías.
Durante la Colonia había compañías de seguros relacionadas también con la actividad comercial, y es hasta 1892, en el Porfiriato, cuando se tuvo la primera Ley del Seguro en México.
En 1897, representantes de diecisiete compañías extranjeras de seguros contra incendio que operaban en el país fundaron la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros contra Incendio.
En el siglo XX, el sector asegurador comenzó a consolidarse en el país con la llegada de más compañías y la creación de firmas nacionales, así como marcos legales para su regulación.
Entre las marcas que aparecieron resaltan nombres como la Nacional en 1910, la Latinoamericana en 1906 o la Veracruzana en 1908.
Además, en 1964 aparece la Asociación Mexicana de Instituciones Seguros (AMIS), vigente como organismo de representación del sector.
El proceso económico que vivió México a partir de esos años, con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) como acontecimiento clave, ha modernizado al sector, el cual hoy enfrenta una de sus principales transformaciones con la llegada de las insurtech, firmas tecnológicas que ofrecen productos más enfocados a las necesidades del usuario y que en muchos casos no necesitan de un agente de seguros en el proceso de venta.