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Deber dinero o tener problemas financieros, tristemente, es algo muy sencillo. Un día se te olvida pagar tu tarjeta de crédito y como sueles pagar el mínimo, apenas te das cuenta y el monto empieza a crecer de manera silenciosa pero constante. En México, por desgracia, esto es común debido a la poca cultura que tenemos con relación al dinero. David Aceves, CEO de Digitt, una startup radicada en Guadalajara que ayuda a eliminar deudas de tarjetas de crédito a una menor tasa, explica que entre todos sus clientes, no importa el grado de escolaridad, hay un común denominador: la falta de educación financiera. Y hace una distinción: “Una cosa es tener educación y otra es tener educación financiera”.
Los números lo confirman. Según la reparadora de crédito Resuelve tu Deuda, seis de cada 10 mexicanos se endeuda por una mala administración financiera y está vinculada con un uso inadecuado del crédito.
“Esto pasa cuando un individuo ve sus tarjetas como un ingreso extra, elige la que le ofrece el banco sin investigar primero, maneja más plásticos de los que puede financiar o no tiene un presupuesto y comienza a pagar una tarjeta con otra”, advierte su vocera Kathy Quintero en un comunicado. Pero la mala administración financiera no sólo se limita al mal uso del crédito, sino a una carencia de ahorro y de construcción de patrimonio y de previsión para el retiro.
Así en general, manejar mal nuestras finanzas es importante porque es algo que afecta a la vida de múltiples maneras. Se refleja en la salud y esto a su vez impacta en la manera en la que nos relacionamos en las distintas esferas de nuestra vida, ya sea personal o laboral.
Hay evidencia de que la deuda está asociada con mala salud sicológica, pero no sólo eso, sino que también tiene relación con otros padecimientos, señala el estudio The high Price of debt: household Financial debt and its Impact on mental and physical health, el cual analizó la relación entre deuda y salud (tanto sicológica como salud en general).
Este análisis encontró que la deuda financiera se relaciona con más estrés y depresión, peor estado de salud en general y presión alta. Aquellos con deudas de montos altos tuvieron 1.3% más de presión alta, lo cual es “clínicamente significativo”, explica la investigación, si se toma en cuenta que 2% de aumento está asociado con 17% más alto riesgo de padecer hipertensión y 15% de ataque cardiaco. El nivel de la deuda se relaciona directamente con el nivel de estrés.
“Los investigadores encontraron que los individuos con deuda alta comparada con los que no tenían tanta reportaron niveles más altos de estrés percibido (11.7% más que la media) y síntomas depresivos más altos (13.2% más que la media)”, explica un resumen de la investigación.
Los resultados de este ejercicio sugieren que la deuda es un “determinante socioeconómico importante en la salud que debe ser explorado más adelante en investigación epidemiológica”.
Las deudas lastiman no sólo la salud sino otras esferas como la laboral. Así de primera instancia suena a que los trabajadores tendrían que responsabilizarse por ello, pero esto afecta a las empresas, por lo que estas deberían estar preparadas para lidiar con ello. Por supuesto, esta carencia de cultura financiera que tienen los trabajadores es algo para lo que no están preparadas. Y les conviene atacar este problema porque al final es algo que les perjudica de manera indirecta. La carencia de un buen manejo en las finanzas personales repercute de manera indirecta en la productividad y en el desempeño de los colaboradores.
Es una cadena que puede explicarse así. Las personas están endeudadas y tienen preocupadas por sus finanzas, lo cual afecta a su salud y a la manera de dormir. “Son dos variables que afectan fuertemente la salud de los trabajadores y su rendimiento en las organizaciones es el estrés y el sueño. Ambas tienen una correlación con preocupaciones financieras”, explica Marcela Flores, directora de Lockton México, una consultora de empresas a escala global. Una persona que no duerme bien y está estresada (y que tiene los síntomas que conlleva este, como dolores físicos, ansiedad, depresión, etcétera), muy pocas veces podrá rendir lo que debería.
De acuerdo con datos de la consultoría Lockton, más de 40% de los casos de estrés tiene una correlación con preocupaciones financieras, además de que las alteraciones de sueño –dormir mal o tener intermitencias en el sueño, por ejemplo– se relacionan también con la ansiedad por problemas de esta índole.
Lo que las empresas hacen
En comparación con hace unas décadas, las empresas cada vez más atienden la salud y bienestar de sus trabajadores. Según el Global Wellness Institute, la industria del bienestar laboral vale 40 mil millones de dólares. Sin embargo, todavía la cobertura se queda muy por debajo. Sólo 9% de los más de 3 mil millones de trabajadores a escala global tiene acceso a algún tipo de programa de bienestar en sus trabajos.
Este tipo de programas contemplan prevención y tratamiento de enfermedades y facilidades para que los empleados puedan acceder a una vida sana; sin embargo, concretamente para el tema de finanzas personales, las organizaciones todavía ese quedan muy cortas.
Si bien hay algunas que dan pláticas a sus empleados sobre temas como deuda, ahorro para el retiro o utilización del fondo de ahorro, todavía es necesario que esto se integre en un plan de salud financiera integral y que este se incorpore a los programas integrales de bienestar, explica la experta de Lockton.
“Este es un concepto nuevo que se está empezando a incorporar a las empresas que manejan temas de bienestar para sus empleados”, explica la especialista. Sin embargo, funciona.
Las compañías que le dan información financiera a sus empleados, han logrado disminuir el estrés y mejorar el sueño de sus trabajadores.
No sólo en el manejo de deuda, sino que los mexicanos deberían estar lo suficientemente preparados para enfrentar cualquier emergencia, desde un fondo hasta un seguro médico.
Además, por supuesto, de que puedan hacer frente a la etapa de retiro cuando esta llegue.
“Si eres una persona que vive en el día a día y no tienes cómo hacerle frente a una emergencia, vas a sufrir estrés financiero que te va a afectar a la salud”, explica la especialista.
Esto a las compañías debería importarles porque el endeudamiento de sus empleados podría traerles problemas de ausentismo o presentismo laboral para resolver estas situaciones.
De acuerdo con cifras de esta consultora, dos de cada cinco empleados se ausentan de su trabajo para resolver temas de tipo financiero.
Las personas son “financieramente frágiles” porque no pueden hacer frente a ninguna emergencia a corto plazo y según Lockton, 36% de los trabajadores en México lo son.
“Los empleados pasan alrededor de tres horas en la semana pensando cómo van a resolver sus problemas financieros”, explica Marcela. El presentismo cuesta caro a las organizaciones.
Las empresas necesitan primero medir el tamaño del problema de su población para después diseñar un programa en el que se incorporen conceptos básicos de educación financiera que impulse a un verdadero cambio de hábitos que puedan reflejarse en las dos variables, tanto estrés como mejora del sueño. “En el caso de las personas con fragilidad financiera y problemas en el manejo de deuda, necesitas ir a la raíz del problema y ayudarles a generar un modelo de cambio de hábitos en su consumo financiero”, diagnostica la consultora.
Si bien el manejo de nuestras finanzas y la educación que tenemos al respecto es nuestra responsabilidad, que las organizaciones mexicanas comiencen a visibilizar el problema es un rayo de esperanza que podría salvar a muchos de las garras de las deudas.