Hasta 60% de la población mexicana ha sustraído ilegalmente algún artículo de una tienda en algún momento de su vida, reveló Alejandro Desfassiaux, presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial (GSMI).
Los establecimientos mexicanos están expuestos todos los días a este delito que perjudica su operación. En la actualidad, las bandas criminales han encontrado en el robo hormiga una actividad muy lucrativa que en 2018 registró un quebranto patrimonial de 160 mil millones de pesos, de acuerdo con la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD).
Sin embargo, esta acción también es llevada a cabo por oficinistas que ven una mina de oro en sus espacios de trabajo y hasta por diplomáticos, como sucedió el pasado 26 de octubre en Argentina con el internacionalista Ricardo Valero , embajador de México en ese país, quien tras robar un libro fue llamado a regresar a territorio nacional.
La percepción empresarial con respecto a la inseguridad es preocupante. Datos de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dados a conocer hace unos días arrojaron que seis de cada 10 empresarios denunciaron haber sido víctima de algún delito y reportaron pérdidas de 8 mil 300 millones de dólares en lo que va del año.
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Además, el robo hormiga es el tercer delito con mayor incidencia dentro de las organizaciones mexicanas, con 14% de actividad delictiva registrada en empresas de todo el país, según Data Coparmex. Desfassiaux estima que el daño que produce esta actividad delictiva asciende a 13 mil millones de pesos anuales, ya que afecta 15% de suministros en el inventario, reduce en 30% los ingresos de empresarios y ha mermado a 28% de Pymes y comerciantes en 2019.
El incremento del robo hormiga se explica porque aún está tipificado como un delito menor, pues la ley mexicana estipula que la condena por este delito va de ocho meses a dos años de prisión.
“Si bien es cierto que este tipo de robos no se consideran un delito grave, la falta de tipificación y lo laxo de las sanciones propician que las personas dedicadas a hurtar productos de esta manera se enrolen posteriormente en delitos más graves, como el robo a mano armada”, mencionó Desfassiaux.
En tanto, se detectó que su incidencia es mayor durante las festividades decembrinas, temporada en que las tiendas y comercios se abarrotan de una gran multitud de personas, lo que facilita el trabajo de los delincuentes.
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afcl