Hay ciertas cosas que simplemente no deberías decir en el trabajo.
Esa es la premisa fundamental de Travis Bradberry, coautor del libro Inteligencia Emocional 2.0 y cofundador de la consultora estadounidense TalentSmart.
Son frases que tienen el poder de causar una mala impresión de tu persona, incluso aunque sean verdaderas.
"Lo peor es que no hay cómo retractarse", le dice a BBC Mundo Bradberry.
Son una especie de "asesinos de tu carrera", que van más allá de los comentarios fuera de lugar, las bromas impertinentes o las frases políticamente incorrectas.
"No importa lo talentoso que seas, o lo que hayas logrado, hay ciertas frases que instantáneamente cambian la forma en que te ve la gente", argumenta, y su carga negativa puede socavar una carrera profesional de un plumazo.
El autor dice que llegó a identificar este grupo de comentarios, luego de trabajar con clientes corporativos y hacer pruebas de inteligencia emocional a un gran número de empleados.
"Cuando la carrera de una persona se arruina, a menudo ves muchas de estas cosas presentes en sus creencias o acciones".
¿Puede alguien entrenarse para tener inteligencia emocional y evitar esos errores?
"Absolutamente. El área del cerebro responsable de la inteligencia emocional es altamente flexible y se adapta al cambio", explica.
"Eso significa que puedes alterar tu cerebro y aumentarla con esfuerzo y práctica".
Estas son las frases que una persona inteligente no debería decir en el trabajo, según Bradberry.
Todos sabemos que la vida no es justa. Pero al decirlo, da la impresión de que supones que la vida debería ser justa. Eso te hace ver inmaduro e ingenuo.
Es mejor que te centres en los hechos, que mantengas una actitud constructiva y que dejes tus interpretaciones fuera del ambiente laboral.
Podrías decir, por ejemplo: "Vi que le asignaste a Paulina ese proyecto en el que yo estaba interesado. ¿Me podrías decir qué cosas consideraste en tu decisión?. Me gustaría saber qué cosas necesito mejorar para trabajar en esas habilidades".
El cambio tecnológico está ocurriendo con tanta velocidad que incluso un proceso con apenas seis meses de antigüedad puede quedar obsoleto.
Esta frase te hace ver como flojo y resistente al cambio.
Cuando alguien te agradece o te pide algo, no es buena idea decir "no hay problema" porque implica que la solicitud que te hicieron podría haber sido un problema.
Puede hacer que algunas personas piensen que te impusieron hacer la tarea.
Estas frases deterioran tu credibilidad. Incluso aunque continúes la frase con una gran idea, muestra una falta de confianza en ti mismo, y eso hace que la gente pierda la confianza en ti.
Decir eso debilita tus habilidades y da la impresión de que estás haciendo las cosas con demasiada prisa.
Es mejor decir que no tomará mucho tiempo.
Intentar suena incierto y sugiere falta de confianza en tu habilidad para desarrollar la tarea.
No hay necesidad de hablar mal de los colegas. Siempre habrá gente incompetente o irrespetuosa en cualquier trabajo y es probable que sean conocidos por esas características.
Si no tienes la opción de ayudarlos o despedirlos, entonces no tienes nada que ganar criticándolos en público.
Aunque a veces se usa en términos sarcásticos, esta frase te hace ver como una persona que quiere hacer lo mínimo posible para seguir recibiendo el salario.
Salvo que te pidan algo que consideres éticamente inapropiado, si la solicitud es que hagas algo que te parece que va más allá de tu responsabilidad, es mejor que la completes con entusiasmo y que más tarde pidas una reunión con tu jefe para analizar cuál es tu rol dentro de la compañía y hasta dónde llegan tus funciones.
Si tienes apenas una parte de culpa porque algo salió mal, asume tu responsabilidad. Es mejor hacerse cargo.
Si esa no es la situación, entrega una explicación objetiva y racional sobre lo que ocurrió. Apégate a los hechos y deja que tu jefe saque las conclusiones.
Es mejor no decir que no puedes, porque los demás no querrán escucharlo. Las personas pueden interpretar que en el fondo estás diciendo "no lo haré".
Ofrece una solución alternativa. En vez de decir lo que no puede hacer, es mejor destacar lo que sí puedes hacer. En vez de decir "no me puedo quedar hasta más tarde", es mejor decir "puedo venir temprano en la mañana".
En vez de decir no puedo hacer esto, es mejor decir: "Aún no lo he aprendido. ¿Hay alguien que me pueda orientar en esta ocasión?".
La última cosa que alguien quiere escuchar es otra persona quejándose porque odia el trabajo.
Te hace ver como una persona negativa y tira hacia abajo la moral del grupo. Los jefes saben que siempre hay posibles reemplazantes a la vuelta de la esquina.
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