El menor dinamismo de la actividad industrial amenaza con profundizarse en la primera mitad de 2022 por el retroceso y estancamiento que presentan actividades estratégicas del sector desde fines del año pasado, advierten analistas.
Es muy clara la tendencia de que el crecimiento de la producción industrial se está frenando, de acuerdo con los datos a noviembre de 2021 publicados ayer por el Inegi.
Al respecto, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, señaló que el ciclo del sector muestra que a futuro existe la posibilidad de una mayor debilidad.
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En su opinión, en “el primer trimestre, pero seguramente hacia el segundo trimestre de 2022, podrían registrarse tasas negativas en la actividad industrial si no hay una mejora en componentes estratégicos del sector, como edificación, producción automotriz, electricidad, gas y agua”.
Aunque se anticipa que en 2021 la industria habría crecido 6.5%, el especialista estima que “en 2022 la actividad industrial podría crecer cerca de 3% en todo el año, pero en el primer semestre muy probablemente veamos un crecimiento que ronde alrededor de 1.5%, quizá 2%. Es decir, que se prevé sobre todo un primer semestre de debilidad”, estimó el también presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
Decepcionan resultados
En noviembre de 2021, el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (que comprende minería, servicios públicos, construcción y las industrias manufactureras) disminuyó 0.1% respecto al mes anterior, luego de que en octubre había logrado crecer 0.6%, informó el Inegi.
Con esto, la actividad industrial se ubica 3.5% debajo de febrero de 2020, nivel previo a la pandemia, además de ser 7.4% menor al máximo histórico en septiembre de 2015. En opinión de especialistas de Banorte, “el resultado de la actividad industrial fue decepcionante, ya que los datos adelantados sugerían un renovado dinamismo”.
Alejandro Saldaña, analista económico de Ve por Más, dijo que “la caída mensual obedeció a servicios públicos y a construcción, la cual sigue como la industria más rezagada; la minería volvió a crecer, pero la manufactura se estancó y sigue sin recuperarse de los efectos de delta”.
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Por componentes, destaca la caída mensual de 0.6% en construcción, con tres meses al hilo en contracción. A su interior, la debilidad sigue centrada en la edificación, con caída de 0.2%.
Saldaña explicó que la escasez y altos costos de insumos, presiones en cadenas de suministro y el ausentismo seguirán siendo limitantes para la industria, al menos hasta mediados de 2022. Ello podría agudizarse ante el repunte global en contagios, a causa de la variante ómicron, más infecciosa que las pasadas, dijo.