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En los primeros seis meses del año, los mexicanos consumieron gasolina producida en 18 países, incluido Estados Unidos.
Dado que el Sistema Nacional de Refinación (SNR) no cubre la demanda interno, el gobierno ―a través de Pemex― y otros privados se vieron obligados a traer el producto de naciones como Corea, Singapur y China.
Otras economías que han encontrado en México un destino para las gasolinas que producen son Países Bajos, Francia, España, Italia, Bahamas, Antillas, Letonia, Finlandia, Brasil, Bélgica, Argentina, Rusia, Puerto Rico y Bielorrusia.
Recurrir a fuentes externas para cubrir la demanda nacional le ha costado a Pemex poco más de 7 mil millones de dólares en el primer semestre, de acuerdo con datos de la Dirección General de Petrolíferos de la Secretaría de Energía, del Sistema de Administración Tributaria (SAT), la Secretaría de Economía y la propia petrolera.
Como desde hace años, Estados Unidos es el principal mercado al que recurre Pemex para importaciones de gasolinas y diesel.
Tan solo en junio pasado, del volumen total de combustibles adquirido en el exterior en sus dos tipos (regular y premium), 59.4% provino de ese mercado, es decir, aproximadamente 10 millones 442 mil barriles.
De acuerdo con los registros oficiales, en junio otra de las principales fuentes de suministro fue Países Bajos, cuyos embarques representaron 9.8% del volumen total importado a través de la empresa petrolera estatal, equivalente a un millón 727 mil barriles. En tanto, de las refinerías chinas llegaron un millón 342 mil barriles, que representaron 7.6% del volumen total importado.
Corea y Bélgica le vendieron a Pemex 896 mil barriles de gasolinas cada una, y correspondiendo a cada nación una proporción de 5%. A su vez, Letonia aportó 206 mil barriles, colocándose como la sexta fuente de abastecimiento.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, el año pasado, 19 países vendieron petrolíferos a México.
Suecia, Italia, Venezuela, Malasia, Hong Kong y Dinamarca reportaron embarques vía buques tanque a puertos mexicanos.
Esto se debe a la creciente dependencia de México con el exterior, en virtud de que el sistema de refinación no está respondiendo a las exigencias del mercado, por los bajos niveles de inversión que se le ha destinado para su mantenimiento.
Pemex Transformación Industrial (TRI), filial encargada de operar las refinerías, reconoce que a mayo de este año (último dato oficial disponible) estos complejos trabajan a 35% de su capacidad. Ello significa que de una capacidad para procesar de 1.6 millones de barriles diarios de petróleo crudo, apenas están transformando poco menos de 600 mil barriles.