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El presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM) Luis Niño de Rivera, asegura que aún no existe suficiente confianza de los empresarios para invertir después del primer año de la actual administración.
En entrevista con EL UNIVERSAL previo a la edición 83 de la Convención Bancaria que inicia este jueves, el directivo acepta que los bancos no han llegado a varias zonas del país, tal como ha criticado el presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Perspectivas de recuperación?
—Para crecer necesitamos reactivar ciertos motores de la economía de manera intensa. Uno, la inversión fija bruta debe elevarse, del sector público y del sector privado, en infraestructura principalmente. Tenemos muchos proyectos anunciados por la iniciativa privada, ahora lo que hay que hacer es echarlos a andar.
Dos, necesitamos aprovechar la autorización que falta del Congreso de Canadá para que quede el T-MEC totalmente aprobado y entre en vigor, creo que son 90 días después de la autorización, eso nos pondrá a medio año y tenemos que aprovechar esas condiciones para hacer que el aparato productivo de México que se dedica a la exportación tome mayor dinamismo y que la economía de Estados Unidos va mejor de lo anticipado.
El pronóstico es bastante más halagüeño de lo que era hace tres o cuatro meses, por consiguiente tenemos esas dos condiciones que coinciden, que la economía va bien en Estados Unidos, o mejor de lo que se pensaba, y que el T-MEC va a entrar en vigor. Eso nos da un panorama económico para 2020 si lo hacemos bien y a tiempo, que nos lleve a un crecimiento de 1.5%.
El tema del crédito y la banca es de oferta y demanda. La oferta está, estamos listos porque estamos en condiciones muy sólidas, la demanda es la que hay que reactivar.
Si logramos esto, la banca tendrá un buen año de crecimiento en su cartera. Creemos que la calidad de cartera se va a mantener y la liquidez va a estar en el buen nivel como ha estado ahora. La inversión se debe detonar ya. Ya no tenemos más tiempo.
¿El sector privado cree que durante 2020 podría detonarse la inversión?
—Todavía no hay la suficiente. Hay una parte importante de los empresarios que quisiera ver señales más claras, definiciones más precisas de acciones de gobierno, todavía falta, no está llegando el nivel de confianza al grado de que se convierta en inversión. Ese es el punto clave, que la confianza se convierta en inversión, es lo que detona la actividad económica. No solamente es la confianza, y no está en ese momento todavía.
¿Qué hace falta?
—Mayor claridad en ciertos temas. El sector energético, más precisión de dónde sí puede participar la iniciativa privada y qué proyectos de los que ya presentó pueden ir adelante; la generación de energía eléctrica es muy relevante y el resto de la infraestructura podría dedicarse a construir carreteras, puertos, aeropuertos que están en los proyectos, pero requiere de mayor definición por parte del gobierno.
¿Las comisiones?
—El trabajo que se ha realizado, sobre todo en el Senado y el trabajo intenso con el Banco de México (Banxico) es la reducción. No sólo es quitar comisiones sino cambiar definiciones y conceptos. Para que tengamos más precisión en grupos de productos y no que cada uno tenga una comisión distinta. Eso nos ha ayudado a reducir una cantidad importante, desaparecer comisiones que no tenían la precisión ni la claridad.
La transición al mundo digital está ofreciendo una cantidad de servicios por los cuales antes teníamos un costo elevado y ahora el costo es cero, como el estado de cuenta. Otros servicios son iguales, por lo que sí vamos por un servicio de mayor transparencia, mayor claridad y mayores definiciones sobre qué productos deben tener comisiones y por qué.
¿La intención del Senado de que hubiera una reducción agresiva desapareció?
—Hemos seguido dialogando y vamos por buen camino. Ese diálogo y las acciones que hemos tomado han llevado por buen camino el entendimiento de, uno, la preocupación real que tenemos en la banca; dos, de la intención real que tenemos de ofrecer mejores condiciones para la clientela con mayor transparencia, y tres, que son planes de acción que ya están dando resultado. Son acciones que nos han llevado por un camino más positivo y propositivo.
Fijamos reglas a nivel gremial con el regulador que aplican a todo el mundo. Ya cada institución, dependiendo de cuál sea su segmento de mercado, sus productos o servicios, va tomando decisiones. Ya hay varios que han anunciado que pasan de mil y tantas a ciento y tantas. Ese es el reflejo real de lo que acaba siendo la oferta al cliente. Que cada institución en su ventanilla o planteamiento tiene una oferta concreta.
¿Competencia o complemento con el Banco del Bienestar?
—Es totalmente complementario. El Banco del Bienestar tiene un mandato que lo dice su propio nombre, dar bienestar a las familias que se han quedado rezagadas o lejanas de la actividad económica del país.
Hacia afuera da la impresión que los bancos son el sector que más ha entendido al Presidente…
—Nuestro diálogo es estrecho y frecuente. Dialogamos sobre muchos temas. Hicimos algunas cosas en la ABM que eran necesarias para responder al nuevo entorno nacional. Hablamos de la Cuarta Transformación, del nuevo gobierno, pero, ¿qué quiere decir todo eso? Quiere decir elevar la conciencia social y la ecológica. Tiene razón el Presidente cuando dice que no hemos ido a ciertos sectores de la población y a ciertas zonas. Tiene razón, ahí están las estadísticas.
En la Asociación de Bancos de México teníamos un enfoque regulatorio muy intenso en el diálogo con los cinco supervisores que tenemos. Agregamos dos temas, la agenda propositiva y la social. Eso tiene varios proyectos.
La inclusión financiera que tiene que ver con ir a las comunidades con corresponsales bancarios, la educación financiera y llevar proyectos específicos que ayuden a todos los niveles de productores, tal es el caso del proyecto de cuencas lecheras en Veracruz y Tabasco.
¿Qué hace falta para ver a CoDi en los comercios, para empezarlo a usar?
—Esto es muy similar al negocio de las terminales punto de venta, tarjetas de crédito y débito, emisor y adquirente. Es exactamente el mismo fenómeno y hay bancos que van más avanzados que otros, pero ese es el tema, ir avanzando con los comercios para que el consumidor encuentre más oportunidades de usar su medio de pago digital.
¿No siente que vamos un poco lento?
—Siento que vamos en tiempo porque todas estas cosas ya en la práctica es tocar a millones de personas, de consumidores y comerciantes, y eso toma tiempo.
¿Está despuntando el tema de inseguridad a clientes?
—La seguridad de nuestros clientes, de nuestros negocios, del patrimonio de nuestros clientes, de las bases de datos ha sido una preocupación permanente. Nunca dejó de serlo.
Se publicaron dos eventos en redes sociales, desafortunados ambos. Uno en Veracruz y otro en Iztapalapa y todo mundo lo toma de repente como que ya se puso la cosa fatal. Nosotros hacemos decenas de millones de transacciones por día y es menos de 1% los incidentes que hemos tenido. Concretamente está en 0.7% y 0.8%.
Eso no quiere decir que no nos ocupe, queremos que toda la clientela de la banca y las personas que aun no siendo clientes van a un banco; por ejemplo gente que va a recibir sus remesas, se sientan confiados y seguros. Es muy importante que las personas que manejan recursos reconozcan y comprendan que la seguridad está en el mundo digital o en un plástico y no en el efectivo en la bolsa. Traer efectivo en la bolsa es un riesgo serio porque la banca no puede garantizar de la puerta para fuera. Eso es responsabilidad del municipio, o del Estado o de la Federación. Nosotros tenemos reglas internas muy estrictas.
Acusaban a los cajeros y resultó que no fueron ellos. El juicio mediático es muy crudo y sin fundamento muchas veces. Es percepción y hay que ir a la presunción de inocencia y no le permitieron a estos cajeros la presunción de inocencia. Tenemos que trabajar todos juntos y bajar el uso de efectivo es la mejor forma para reducir este tema.
¿Se afectó la imagen de los trabajadores de los bancos?
—De esos cajeros sí se afectó. Del sistema no por fortuna, pero ahora que ya está resuelto el tema de que no fueron ellos no veo en las redes sociales que digan “oye, hay que reconocer que trabajaron bien, que son profesionales, que cumplieron con los controles”, es algo que tenemos que lograr.
¿Ven en el sector financiero mexicano una predilección por parte de los ciberdelincuentes?
—La ciberseguridad es un tema serio, permanente que no es propio de México, en todo mundo está igual. Cuando se ven las grandes empresas que les han vulnerado sus bases de datos se dan cuenta del tamaño del embate que hay de todos los rincones del mundo.
En México, igual que en otros lados, el robo de identidad hay que medirlo en relación con todo el conjunto de transacciones y de clientes que tenemos. Invertimos mucho dinero en elevar la ciberseguridad y trabajamos permanentemente en nuevas formas de protegernos.
Ya echamos a andar una plataforma en la que todos los bancos compartimos información para advertirles a los demás de que algo está pasando. En la Convención Bancaria será un tema relevante y creemos que desarrollar un plan nacional de ciberseguridad es importante.
Creemos que todas las bases de datos de todas las actividades del país son vulnerables, no sólo el sector financiero. En la Tesorería de la Federación, en la Comisión Federal de Electricidad, en Pemex, en el SAT. Todas esas bases de datos son cruciales para la vida nacional. Hay que protegerlas todas.