El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) alertó un riesgo creciente por los ingresos generados en actividades delictivas, así como de algunas donatarias, pues se mantienen como una importante fuente de financiamiento para el Estado Islámico de Irak y Siria (EIIL), Al-Qaeda y sus afiliados.
En un documento mediante el cual emitió una declaración dirigida a sus países miembros, entre ellos México, ponderó que la derrota territorial del Estado Islámico en 2019 ha afectado significativamente su capacidad para generar ingresos.
En algunos casos, estos grupos recolectaron y transfirieron fondos bajo el disfraz de actividades caritativas.
Pidió a todas las jurisdicciones proteger a dichas asociaciones para que evitar que se utilicen indebidamente para el financiamiento del terrorismo.
“El GAFI reitera la máxima importancia de garantizar que las organizaciones sin fines de lucro y todos los demás actores humanitarios puedan brindar la asistencia humanitaria vital necesaria en la región y en otros lugares, sin demoras, interrupciones o desánimo”, manifestó.
Solicitó a las autoridades competentes de todas las jurisdicciones que brinden asesoría y faciliten el intercambio de información con el sector privado sobre la evaluación y mitigación de cualquier riesgo emergente de lavado de dinero o financiamiento al terrorismo identificado, de acuerdo con el enfoque basado en el riesgo.
Además, exigió que el territorio afgano no se utilice para amenazar o atacar a ningún país o para albergar o entrenar a terroristas, ni para planificar o financiar el terrorismo.
Al mismo tiempo, el GAFI se comprometió a monitorear de cerca la situación, incluyendo cualquier cambio en los riesgos de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo en Afganistán.
Explicó que, en respuesta a la disminución de sus ingresos, el EIIL se ha centrado en el saqueo de civiles y empresas locales, y ha generado fondos mediante el secuestro para obtener un rescate, la extorsión de las redes petroleras en el este de Siria y, posiblemente, mediante el tráfico de seres humanos y de antigüedades previamente saqueadas.
Además, el grupo antilavado mundial con sede en París, Francia, identificó que el EIIL también genera fondos a partir de inversiones en pequeñas y medianas empresas.
De ahí la importancia de que los países se mantengan prevenidos ante cualquier riesgo de financiamiento al terrorismo por medio de formas ocultas poco llamativas que les sirven para seguir realizando actos y amenazas.
Señaló que Al Qaeda y sus afiliadas tienen flujos constantes de ingresos generados de diversas fuentes, incluidas las contribuciones y donaciones de sus partidarios, los ingresos generados por actividades delictivas como el tráfico de drogas, la extorsión, el secuestro y la tributación ilícita de bienes de contrabando, así como los ingresos generados de inversiones en negocios legales.
A la luz de los acontecimientos recientes en Afganistán, el GAFI, como organismo normativo mundial para la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, expresó su preocupación por el entorno actual y en evolución de riesgos de blanqueo de capitales y financiamiento al terrorismo en ese país.