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Nadie las quiere cerca, pero son muy necesarias. Se trata de las torres de telecomunicaciones para dar servicio de telefonía celular que se han insertado en el paisaje urbano y rural, las cuales no siempre son bien vistas por la población.
Sin embargo, en la era digital, en la cual no estar conectado al teléfono móvil puede ser causa de un colapso nervioso, estas torres son más que indispensables.
En un reporte elaborado por expertos del área BID-Invest del Banco Interamericano de Desarrollo se menciona que actualmente hay en el mundo casi 4.7 millones de estas torres, de las cuales más de 180 mil se encuentran en América Latina y el Caribe.
Se pondera que para acceder a internet mediante dispositivos móviles, las torres celulares son sin duda un activo clave de la principal infraestructura del siglo XXI, que es la digital.
Son torres que soportan potentes equipos de telecomunicaciones, necesarias para proveer servicios de comunicación celular y varían en su altura, ubicación y propósito. Algunas se encuentran en predios especiales y otras en azoteas.
Pero, desde un punto de vista urbanístico, a menudo se les considera molestias estéticas, dicen los expertos en inversión en telecomunicaciones del BID Guillermo Mulville y Gonzalo Arauz.
Consideran que si se pretende seguir permanentemente conectado a los teléfonos inteligentes se debería pensar en una oferta de servicios más holísticos de las empresas dueñas de esta infraestructura telecomunicativa.
Sugieren que podría haber torres camufladas en postes de luz, semáforos o ―¿por qué no? ― en forma de cactus.
Brecha digital. Los expertos del BID comentan que para proveer de este servicio y reducir la brecha digital hay empresas que son propietarias de torres. Más de 52% de todas estas infraestructuras en América Latina son propiedad de empresas independientes, y entre las más importantes figuran American Towers y SBA.